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El Ego y el Perdón...

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por Zapala, 22 de Septiembre de 2018. Respuestas: 0 | Visitas: 274

  1. Zapala

    Zapala Poeta fiel al portal

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    Hombre
    Hay días que necesitamos a los amigos como nunca, y hay otros días que solo deseamos estar solos.

    En nuestra imaginación o subconsciente suele llegar los pensamientos más profundos de los recuerdos, los más amenos y los más espantosos.

    En la tristeza de nuestra mente solo deseamos refugiarnos y no pedir ayuda, es lo más común, y es ahí cuando nos acordamos de los amigos, que es cuando más lo necesitamos.

    Lo peor de todo esto, es que ellos ni se enteran de nuestros problemas, por esa costumbre del orgullo, de no pedir ayuda.

    Solo sabemos escondernos de nuestras realidades y no asumirlas como tal, y llegar al llanto por esas cosas que perdemos por amor, como la desilusión de la amistad, en los intercambios de ideas que no coinciden, y realzar con más firmeza y defender hasta ganar la batalla de la discusión por ese ideal que nunca llega a nada.

    Nuestra naturaleza lleva por sí misma, el egoísmo por dentro por eso somos así, creemos ver todo o saber mas que el que tenemos en frente, y en realidad solo vemos la paja en el ojo ajeno, y sobrellevamos con hidalguía nuestro ego sin darnos cuenta del error.

    Asumir la equivocación de nuestros actos nos lleva bastante tiempo, pero estamos acostumbrados a convivir con esto, y se lo podemos confesar a la persona más allegada y no a un amigo verdadero.

    La revelación de nuestros traspiés solo la comentamos con nosotros mismos, para disfrazar la verdad en algo más liviano a lo real, para no quedar mal con nosotros mismos y ante quien sea.

    La deliberación es el primer paso nuestro con nosotros mismos a tratar de cómo reivindicar nuestros actos, y lo pensamos hasta más de lo necesario, para ver cómo resolver nuestro problema y quedar bien con nosotros mismos y ante la opinión de los demás.

    Osea nos mentimos a nosotros mismo para tratar de salvarnos a sí mismos para lograr estar bien interiormente.

    La picardía solo nos deprime por un época, unos días, o lo que nosotros pretendamos, solo nosotros y nadie más, sabemos qué hacer para asumir nuestros errores.

    Si quisiéramos lo podríamos remediar en el mismo momento, son pocas las personas que lo hacen, pero por lo general un porcentaje de los humanos nos conlleva un tiempo enfrentar la situación como corresponde y decir la verdad.

    En la vida de un ser humano tenemos más errores que aciertos, y es porque nosotros mismos forjamos provocar éste cometido con provecho de reírnos o satisfacer el enojo del otro, por venganza de la misma maldad incitada con anterioridad.

    Solo hay perdón, parece cuando vemos a nuestro semejante mal, es la satisfacción lógica de nuestro ego por la cotidiana envidia que se antepone por costumbre.

    Intentar cambiar, esto sería la lógica escrita desde la biblia y tantos libros que hablan de este mal propio que llevamos con el nombre de egoístas, envidiosos, etc.

    Porque digo egoísta, porque, desde nuestra creación solo sabemos destruir, pelear, envidiar, etc., y después perdonar.

    El perdón solo lo piden los que reconocen equivocarse, y sería muy destacable empezar a perdonar y reconocer los errores, así intentar cambiar la mediocridad de nuestros actos por costumbre de lo cotidiano.

    Sabiendo que después del perdón viene la sonrisa, que es el reflejo de la sanación o la liviandad de nuestro interior, para quedar bien con el análogo y renovar el lazo de amistad…..
     
    #1

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