El engaño

​EL ENGAÑO

Cómo iba yo a saberlo
si la verdad es mi fuerte,
normal que me desconcierte,
cuando estas notas yo perlo.
Compré saber de estraperlo,
y comprendí que en el amor
el engaño tiene su sabor,
es un seductor.

La pasión tiende a escapar,
buscando tener cobijo,
chalet, mansión, quizás cortijo,
buscando, en fin, un nuevo hogar.
Y descubrí que en lo de amar,
mentir no es cosa de mal señor,
el engaño tiene su sabor,
es un seductor.

Pronto una inquilina tendrás,
que aparece y se amotina,
y se hace llamar rutina,
a su maldición te asirás.
De esta forma tu lo verás,
podrás decir entonces sin temor,
el engaño tiene su sabor,
es un seductor.

Es corta esa dulce línea
que va del hábito al deseo,
ya estás allí, en un chasqueo,
como un van Gogh sin su gramínea.
Palpando su nueva piel broncínea,
probarás su encanto, su licor,
el engaño tiene su sabor,
es un seductor.
​

Iván Durán Soto
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Un bello poema nos dejas acerca del engaño.
El engaño puede ser seductor pero hace mucho daño.
Gracias por compartir.