El espacio y los sentidos

Tal vez la verdad es invisible
Paul Auster
La búsqueda del sentido de la vida nos incita a transitar espacios inusitados.
Resulta interesante el hecho de que en Occidente las nociones de cielo e infierno se correspondan con una geografía de arriba y abajo, espacios tan inaccesibles que terminan convirtiéndose en símbolo de lo divino, de lo metafísico. Negados los espacios verticales buscamos respuestas horizontalmente, en todo lo que nos rodea: en los hombres, la naturaleza y los objetos, descubriendo nuevos espacios que no abundan en conocimiento trascendental. Agotadas las instancias espaciales, la sabiduría de Oriente nos introduce en una nueva dimensión: el adentro; un espacio misterioso y tan íntimo como frecuentemente inhóspito. Iniciamos esta nueva búsqueda dudando de si adentro nuestro podremos dar con algo bueno o revelador, y efectivamente, solo nos encontramos con nuestras propias miserias. Frustrados, reconocemos que nuestro interior es una dimensión tan inaccesible como el arriba, el abajo y los alrededores.
Buscando clarificaciones en la Biblia, encontramos una interesante sentencia en el Evangelio de Juan, 20:29, que dice: "bienaventurados los que creen sin haber visto". Creer sin ver es el mayor llamamiento de fe que pueda pedirse cuando lo que está en juego es el destino eterno. Pero ¿Y si resulta no haber nada para ver? ¿Cómo ceder a la tentación de la fe después de habernos pasado la vida buscando respuestas? Intentamos reflexionar, pero ningún razonamiento nos lleva a la fe.
Continuamos nuestras vidas resignados, esperando la muerte con una honda incertidumbre, y tal vez abrigando la esperanza de que en el más allá se nos concedan las respuestas a todas nuestras inquietudes, a todos los misterios. Tener que terminar la vida para encontrar su sentido último es una de las mayores paradojas a las que a llegado la civilización.
Cerca del fin, reconocemos nuestra derrota, descartamos toda reflexión y nos dejamos llevar por un incontenible instinto de supervivencia, una intuición trascendental, un supremo deseo de clarividencia que nos incita a jugarnos a todo o nada. Recordamos entonces que el que no apuesta no gana y cedemos a la fé, última carta en este juego infructuoso al que ya no le quedan más espacios por recorrer ni tiempo para continuar.
Cerraremos por última vez nuestros ojos, ilusionados con que la suerte nos favorezca, y preguntándonos cómo pudo suceder que después de tanto recorrido, esta cruzada existencial termine definiéndose arrojando una moneda al aire.
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Fernando M. Sassone
www.elbosco.net
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Reflexiva tu prosa amigo, un placer saludarte

 

Gracias por pasar José!

 

Puede que la respuesta esté en nuestro ego, es tan grande que no podemos aceptar que la vida se limite a nuestra existencia.
La combinación de la horizontalidad y la verticalidad da como resultado un símbolo que me suena bastante...

No creo que cuando buscas dentro encuentres solo miserias, encuentras silencio y el silencio permite acallar la mente que nos aleja del ahora.
Y quizás en la simplicidad esté la clave, porque el disfrute está en la vida, no en lo que vendrá, ya puestos...la certeza es la nada. Si creemos que esta vida no es un regalo que tenemos que disfrutar con intensidad puede que lleguemos a la cima y nos demos cuenta de que no se puede seguir subiendo y mientras teníamos prisa por saber lo que encontraríamos nos fuimos perdiendo cada paso de nuestro camino.
Tienes la posibilidad de observar la totalidad con la que viven los niños pequeños, esa que los conduce al disfrute del momento... puede parecer una utopía porque nuestra vida está llena de adversidades pero puede que sea esa historia la que nos impide vivir.
Es una opinión personal y cada uno se aferra a la suya claro está.
Me ha gustado el planteamiento que haces y sí, puede que vaya un poco de madre jajaja, pero el tema expuesto es interesante y nunca pasa de moda...
Un abrazo y estrellas

 

El ir buscando preguntas ante que existe más allá de donde nuestros ojos pueden llegar o no entender que en nuestro interior existe un santuario donde podemos coger fuerzas y paz para continuar en este entramado mundo y lograr estar en un presente donde se disfruta el día a día sin estar pensado en un futuro que llegará ..., he pensado mucho en mi vida y he llegado a la conclusión que la vida es para intentar disfrutar el presente, no correr para llegar a un futuro que tampoco sabemos cuando llegará y por supuesto, olvidarnos del pasado porque ése que ya pasó no volverá, son tantas las cavilaciones que pasan a lo largo del día por nuestra mente, que a veces es necesario dejar la mente en blanco y conseguir meditar día a día para que desde nuestro interior se consiga las respuestas a todas nuestras preguntas que se quedan en el aire, me encantó tu prosa porque hace que me cuestione la vida y llego a la conclusión que desde nosotros mismos despegamos mejor hacia ese mundo que se puede construir a base de calma, cuando nuestra mente se encuentra despejada, vemos con más claridad la tierra donde vivimos, un abrazo grande poeta, besitos

 

A Huellas:
(Antes que nada, perdón por no responder antes, acabdo de ver este mensaje.)

Muy cierto muchas cosas que decís, y muy cierto que podemos aprender tanto de los niños... pero ese ansia de saber qué vendrá después puede ser fructífero, puede enseñarnos como dice Paul Bowles, que la vida no es un pozo inagotable, y que las cosas suceden un limitado número de veces.

¡Gracias por comentar amiga!

 

A Elisalle:

¡Gracias por comentar y por compartir tu experiencia! Evidentemente la insatisfacción existencial puede llevarnos por caminos pedregosos, pero también puede ser un camino agradable, una aventura. ¿No?

 

A Mayca:


Hay mucho de cierto en lo que decís, pero también hay mucha gente que se refugia en el presente para no afrontar sus miedos o sus inquietudes. Igual, para mí, lo que dijo Jesús sobre el presente es casi una máxima de vida, dijo (tengo la cita gracias a Google)


"Así que, no os afanéis por el mañana, que el mañana traerá su afán."
Mateo 6: 34


¡Gracias por comentar Mayca!

 

El bosco
he disfrutado leer estas reflexiones que nos compartes, a lo largo de la existencia el ser humano siempre esta a la búsqueda de algo y nos afianzamos en la fe...las preguntas abundan y las respuestas no nos satisfacen, tal vez porque necesitamos de un momento de gracia que nos haga sentir - más allá del pensamiento - que existe algo más que es intangible pero existe.
Pienso en que cuando fui niña veía a la muerte como algo distante y casi imposible, a medida que fui creciendo y al sentir su proximidad las preguntas en torno a la existencia vienen recurrentes a mi mente, han habido épocas en las cuales he pensado que todo se acabará en el momento en el que mi cerebro y corazón dejen de funcionar y ahora estoy en la época en la que pienso que somos esencia y nos fundimos con la esencia de todo lo existente en el momento en que dejemos este cuerpo físico que hoy por hoy lo veo como un estuche...no sé que pensaré mañana, tal vez como tú dices, esta cruzada existencial termine definiéndose arrojando una moneda al aire...
Un placer pasar.
Un abrazo
Ana

 

Que la verdad sea un misterio permite que exista la duda, y la libertad de elección. Si de pronto verdad fuese revelada en todos sus aspectos, solo restaría abrazarla o rechazarla. sin posibilidad de pensamiento alternativos... pero esta incertidumbre nos conviene... al menos hasta que maduremos como especie... pero eso nunca sucederá.