El experimento

Millones de ratas corren por las calles de la ciudad. La gente grita y patalea histérica encima de vehículos, mesas, sillas de cafeterías, farolas, bancos, árboles y papeleras. Los enormes y peludos roedores se empujan, penetran en portales de edificios, ascienden escaleras, coches, árboles, sillas, mesas, papeleras; pisándose y amontonándose unas sobre otras y mordiendo con rabia toda carne y alimento.

Mujeres, hombres, niños, ancianos, bebés, perros y gatos, yacen en el asfalto, con los huesos del cuerpo sobresaliendo de músculos, piel, intestinos y órganos. El ruido de balas, cartuchos, granadas, lanzallamas y demás armas es ensordecedor. La pólvora, el olor a cloaca, el humo de los numerosos incendios y la pestilencia de pelos y carne quemada es insoportable y repugnante, por lo que los vómitos de humanos reaccionan en cadena. Muchos disparan directamente a las personas cubiertas de ratas. Los que están a poca altura son alcanzados y devorados rápidamente, mientras, los fuertes arrojan a las aceras a los débiles, ocupando ellos los mejores lugares. Desde los balcones se observa un panorama apocalíptico, se las ve escalar la ciudad entera. Escobas, palos, y cualquier objeto que sirva para golpear, las tiran a la calle, volviendo a empezar a subir al instante.

En la última planta del ayuntamiento está reunido el alcalde con técnicos sanitarios, policía, concejales y cuadrillas del ayuntamiento. Se miran unos a otros, en silencio, con el trasfondo de los ventanales, en donde se divisa y se huele y se oye a una ciudad devastada por las ratas.

El experimento les ha fallado. Los ultrasonidos de las cloacas y el subsuelo de la ciudad no han tenido el efecto deseado, el de que se destruyeran entre ellas. El fallo ha sido imperdonable. La verdad no debe salir de aquí.

El alcalde ha pactado con el jefe de la policía. A un gesto suyo comienza a disparar. Los allí presentes son acribillados.

 

Madre santa!! Qué relato!! Sabes tengo la imaginación muy delicada, casi como la de un loco que alusina, me has revuelto el estómago!!

Muy buen relato compañero!!

 

Huy que terrorífico relato! esos roedores me erizan la piel...logras un efecto inmediato en el lector amigo

saludos
Ladulcec

 

Jajajajjajajajaja. Don Julito, lamento haberle revuelto el estómago jajajjajaja.

Muchas gracias por su simpático pasear entre mis letras.

se le saluda.

 

Muchas gracias, señora Ladulec, por su paseo entre mis letras, su comentario tan agradable y su tiempo valioso.

Se la saluda.

 

Mala idea: Leer este escrito antes de ir a dormir
Buena idea: Siempre es buena dea leer tus prosas, vaya imaginación Sr Evano!!!

Idea y ya: Un abrazoooo b( ) M ( )

 

jajjajajjaja, señora Ethel, qué ratón tan simpático y qué mujer tan histérica jajjajajajjajajja

Muchas gracias por pasear por este relato y perdone el susto.

Un montón de abrazos, por lo menos cinco.

 

Mi pregunta es;
hubo fruto alguno
jejeje los ratoncitos
son simpáticos
gracias por compartirlo
Denn

 

No, no hubo fruto alguno, querida Denn jajajajajjajaja

Gracias por pasar.

Se la saluda.

 

Magnifico relato, asombra a la imaginación! saludos

 

Muchas gracias, señor Jmanuelcruz, por su paso y comentario.

Se le saluda.

 

Buena creatividad, el comienzo parece de una película de zombis jajaja por alguna cosa pensé que algo tenia que ver…
Un pequeña critica la narración la terminaste muy abruptamente, salvo por eso me gusto deberías agregarle una continuación
Saludos y abrazos

 

Quizás mi relato "El feliz ahorcado" surgiera de esta pequeña historia, señor Danie, una historia que va de zombis jajaja, algo que jamás pensé que escribiría. Gracias por pasar. Se le saluda afectuosamente.