El fantasma.

De la resistencia en el asfalto enardecido, tus ojos a través

dan bocanadas con peces grises

y tu suave vestido roto, cuelga en el cordel, debajo de las nubes minerales.

La sustancia densa de los edificios gotea esterilidad,

sangrando cañerías viejas o ventanales mutilados:

te extraño impenetrable, como el mar,

como en la forma de un fantasma con bolsas plásticas, como si infladas por el viento,

tu empuje de manos, tuviese raíces en el aire.


Arrastra conmigo, oh, fantasma pescadora, la pregunta que dejan los caracoles del día.

Arrastra conmigo, oh, esfuerzo del duelo, la boca en la sombra de las lavandas,

las abejas que han perdido sus alas.


Hoy Santiago es un martes de humo, y oigo todavía tus cosas abrochadas con desórdenes,

y una cantidad que insiste en mis ojos, sus huesos.

 

nostálgico poema...

 

Excelencia en la calidad maravillosa de la creación, tarea sobresaliente.
Jorge Lemoine y Bosshardt, "Estrella Máxima" de Mundo Poesía.