El fin de esta pena.

Las manecillas del reloj suenan,
cada tic tac se vuelve más extenso,
de desesperación mí alma llenan,
pues el camino es inmenso.


Sueño con estar contigo,
me desespero por abrazarte,
duele pues este es un castigo,
el no poder tocarte y besarte.


El sentir que estas y no estas,
el sentir de esperar para verte,
en espera de días y horas molestas,
me invade el temor a perderte.


Fotografías y palabras tuyas,
el verte y escucharte a lo lejos,
el no sentir esas caricias tuyas,
Tus nuevos o repetidos cortejos.


Mi amor, mi amor, como te extraño,
mi amor, donde estas yo no estoy,
y eso me hace daño,
un desafortunado es lo que soy.


Desdichado y hundido en esta pena,
condena voluntaria e innecesaria,
como atado a una cadena,
un libre prisionero haciendo una plegaria.


Pidiendo y rogando por lo mismo,
día y noche desde mi prisión,
esperando a salir de este abismo,
esperando la absolución.


W.B.V.