El flautista

El flautista


En su noble rutina,
modesto y presuroso,
cubre su pecho de oso,
del viento que rechina.
Y casi congelado,
camina con enfado.

Volver al barrio triste
descubre en mi conciencia,
una sombra de ausencia.
Desde que tú te fuiste,
preciosa bailarina,
mi hogar es la cantina.

La flauta es compañera
que torna majestuosa,
cada nota una rosa
de amargura y espera.
Esta soledad me ata;
terca sombra que mata.

Elevadas las horas
que marcan su destino,
prosigue su camino
de angustiada demora.
Se detiene en la plaza
y enternecido abraza,
un suspiro que baja,
con destello de aurora.
En esa madrugada
la sombra triste danza,
y surge la esperanza.
¡Mi bailarina amada!
Con holgura de artista,
y visión extraviada;
encorva su mirada,
y fallece el flautista...



German g
​

 

BURNO Y HERMOSO TU POEMA
GERMAN
encantada de leerte

HADITA​

 

Preciosa obra con un ritmo genial. Te la aplaudo.

 

gracias Hadita...
Por tu visita.
G.g

 

Gracias amigo Salvador.
D.T.B
G.g