El girasol era su flor favorita

El girasol era su flor favorita porque le parecía exquisito el olor de su aceite,
aún así, yo le regalaba rosas:
solo ellas pueden transformar los problemas en pasado
solo ellas pueden mostrar la muerte como algo espectacular.

A mí nunca me han gustado los girasoles
me parecen tan felices, tan brillantes...
te hacen pensar que todo va a estar siempre bien aún cuando es mentira,
pretenden mostrar el futuro cuando ni siquiera conocen la realidad.

No sé si aún le gusten los girasoles
yo solo le regalé uno en una ocasión cualquiera,
donde estábamos felices por el simple hecho de tenernos,
pero le regalé varias rosas.
Por cada gran problema que tuvimos le di una y, una vez marchitas,
ella las amarraba por un tallo para tenerlas suspendidas sobre sí.
Nunca hubiera manchado su flor favorita con tristeza o dolor
un girasol no podría soportarlo,
pero las rosas parecieran poder soportarlo todo...

Cuando se fue, olvidó las rosas
-fue una de las pocas veces que la vi llorar-
pero le expliqué que solo había dejado sus cadáveres
porque la historia detrás, se mantendría en nuestra memoria.
Cuando se fue... no le di ninguna rosa, mucho menos un girasol,
llevaba mucho peso encima entre la esperanza y la melancolía de una espera
que yo sabía sería en vano.

Ya luego lo olvidó todo,
olvidó las rosas...
las dejó amarradas de un hilo por el tallo
suspendidas en el techo de su cuarto cuando se fue.

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Hey, mi querida Trinity...
Que alegría me da volverte a ver y también leerte, aunque sea estos nostálgicos versos con los que expresas tanta tristeza, esa que nace al recordar a alguien a quien tanto se amó, realmente has transmitido tan bellamente ese sentimiento que provoca ese profundo dolor al ver esas rosas marchitas que han quedado como símbolo de una bella historia que ha finalizado, pero estoy segura que algo tan profundo y fuerte como fue el amor, no se podrá olvidar por más que pase el tiempo. Encantada de estar aquí bella Trinity y dejarte mi abrazo.
Saludos!!!
Lobez (ahora Mar_)

 

¡Lobez! A mí también me alegra mucho verte nuevamente y recibir tu comentario. Ciertamente, el amor no se olvida jamás y aún luego de la melancolía más profunda, debe guardarse como algo preciado. El gusto es mío, veremos si puedo pasar más seguido por aquí y visitar también tus versos. Cuídate.

 

También tengo unas flores amarradas, cuelgan en mi pared todos los días... son orquídeas, ellas no son como las rosas, no se les ponen a los muertos, no se regalan después de las ofensas... abren sólo una vez después de mucho tiempo, creo que son para siempre... de verdad espero, sean eternas.

Un abrazo, excelentes letras.

 

Gracias a todos por pasar por aquí.