El himno a mi alegría

Y la vida se trata de eso
solo de eso
de caminar una mañana
y sentir
el olor a limonaria
y a jazmines
por encima del diesel.

Todo se puede contaminar
se puede romper
se puede secar…
pero a las flores
no les pueden robar su aroma.
Nunca!

Y por sobre el sonido del claxon
del grito del jefe
o de las balas
siempre tendremos la música…
Siempre!!

 

Poco a poco nos vamos volviendo asfalto y concreto. Nuestro olfato se acostumbra a percibir el aroma de la nafta, de los cuerpos transpirados y los perfumes que intentan ocultarlo. El olor de la carne quemada y el aceite cansado. De a poco, sin darnos cuenta, dejamos de buscar el aroma de las flores, de la hierba mojada, de la madera jóven, de las frutas. Luego un día apreciamos el aroma del café recién preparado y pensamos que con eso basta. Si... ¿por qué no? Con eso debería bastar. Supuestamente.

 

hay que inyectarle la fuerza vital para vivirla con armonía, grato leerte hermosa

 

Basta con nuestra capacidad de ser felices aunque la vida no sonría...porque pocas veces, todo sale bien...no solo para uno mismo, sino para todos.

Así que tenemos esa oportunidad de disfrutar las pequeñeces de la vida...y ser felices por estar vivos.

Tenemos esa oportunidad de alinear las cosas en nuestra vida para que la felicidad fluya a través de nosotros.

Luv yu!

 

Gracias Marian.

Hoy escuchaba el himno a la alegría...y pensaba en cuánta felicidad puede llegar a través de algo tan maravilloso como la música...en verdad, llena el alma.

Un abrazo

 

Eso es querida amiga, mientras exista flores, mujeres y atardeceres, siempre habrá poesía. no sé de donde eres, pero en mi Ecuador querido, la contaminación avanza, aunque las balas, solo con la delincuencias, besos para tí, desde Sangolquí.