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El Hombre y su terraza

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por heinz nevermann, 11 de Junio de 2009. Respuestas: 0 | Visitas: 376

  1. heinz nevermann

    heinz nevermann Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    25 de Mayo de 2009
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    45
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    Me acuerdo de un hombre y su terraza
    me acuerdo de su mirada puesta en el horizonte
    sobreponiendo lo que ya no existe más
    paisajes sepias y alegrías llevadas por el viento
    y me acuerdo de su paciente y agotada espera
    de sobreponer esperanzas de tiempos de antaño
    y las carencias que lo llevan silenciosamente
    a contaminar el aire con alucinaciones
    de sus felicidades de cuando todavía no eran frustraciones.

    Me acuerdo del hombre y de su rito cotidiano
    el de convocar su paciencia y rendirse a la espera
    a la espera por la llegada de la noche negra
    su negra amiga compañera que lo esconde todo,
    su negra silenciosa fiel de las ausencias de días
    por veces también su negra confidente
    su amiga y paciente confidente,
    de sus noches también llovidas de confesiones y súplicas.

    Me acuerdo del hombre de negra y silenciosa terraza
    que por su empolvada terraza, tenía su alma empolvada,
    el hombre de alma abandonada y de terraza despoblada
    el hombre de espaciosa terraza negra con sus dos sillas amigas
    que lo ayudaban a esperar por la negra noche,
    y por su compañía que la noche nunca le traía.

    Me acuerdo del hombre sentado en su terraza
    de su mirada de horizontes obscuros y tristes
    de sus oidos sordos de silencio por susurros viejos.
    Me acuerdo de su cojín de siempre
    hundido por el peso de tantas noches.
    Me acuerdo de su sentar de piernas cruzadas,
    inmóviles como una estatua de semblante tardío.
    Me acuerdo de su atención perdida
    en ecos de un pasado lejano.

    Me acuerdo del hombre que paró en su terraza
    dejando su piel y su mirada secar
    dejando que su cabellera blanqueara sin observar su espejo
    dejando que la negra noche le disolviera sus días
    para vivir los recuerdos del tiempo cuando su reloj todavía andaba
    y en su obscurecer paró de arreglar, de inventar y de luchar.

    A veces me acuerdo del hombre y su terraza
    me siento para recordar al hombre sentado que atardecía
    tomo un café y por unos minutos lo recuerdo.
    Me siento y espero como una estátua por sus recuerdos.
    Me acuerdo a veces cuando la noche aparece en nostalgia
    cuando el silencio inunda el espacio
    cuando la negra que lo esconde todo me acompaña
    y en ese momento me pregunto
    si la soledad todavía es su fiel compañía...

    http://dieter-nevermann.blogspot.com/2009/01/ensayo-mi-espera.html
     
    #1

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