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El ingenio

Tema en 'Prosa: Sociopolíticos' comenzado por mistenig, 17 de Diciembre de 2012. Respuestas: 0 | Visitas: 680

  1. mistenig

    mistenig Poeta recién llegado

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    14 de Junio de 2008
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    No dejaba de repetirme al oído que los capitalistas eran la escoria del mundo, a veces no llegaba a comprender por qué ella tenía tanto odio por esta clase social, es más, el hecho de que ella se encontraba dentro de un grupo económico muy por encima del promedio, no dejaba de parecerme aun más irónico.

    En mi lugar, como buen crítico que quiero llegar hacer, siempre opte por ponerme del lado contrario del que ella hacia parte, esta era la única forma para que los sentimientos que querían emerger desmesuradamente de ella, salieran desembocados por razones más sentimentales que razonables, y allí donde la razón se sensibiliza, es el punto exacto para desbalancear las sólidas opiniones que ella apoyaba, y aunque cabe aclarar que yo pensaba casi de igual forma a ella, claro no siempre de forma tan radical, mi camino siempre fue contrariarla , ciertamente porque para mí, el punto donde nace el conocimiento es la duda, y no el dogmatismo en sí, de forma tal ,que mirar las dos caras de la moneda siempre se me hizo indispensable.

    Seguía lanzándome miradas de odio e insultos disfrazados de razones a mi humanidad, simplemente por mi aparente confrontación he indulgencia, con la vida de los necesitados y de los que carecen de medios económicos para sobrevivir, tal actitud de ella solo me demostraba su poca capacidad para interrogarse y autocriticarse , aunque por otro lado, también la poca sensibilidad que poseía hacia el bien ajeno , yá que las personas con una voluntad innata ayudar a los demás, por lo general poseen bastante paciencia , cualidad muy útil cuando de ponerse en los zapatos del otro se trata , lo cual conlleva generalmente a la caridad.

    Decidí desviar la conversación, a pesar de que ella intentaba convencerme aún de mi error, y mientras me trataba de idiota, yo le pregunté tranquilamente cuantos actos de caridad había hecho en su vida, y aunque pensé que la respuesta era obvia y tacita, ella supo tratar mi ingenio, con palabras aun mas bruscas, explicándome que la palabra no conlleva estrictamente a la consecución de acción alguna, y la voluntad imaginaria es aun más fuerte que el formalismo en su más pura aplicación.

    Decidí rendirme ante la terquedad de su pensamiento, y después de una gran reflexión, entendí porque ella nunca supo admitir una contradicción, ella tenía tanto miedo de ser inferior a mí, que se escondía bajo la seguridad de la razón, era tan insegura de sí misma, que todo ese saber que albergaba era su escudo ante una sociedad que le pide ser la mejor, no esperaré que acepte sus errores, nunca admitirá que estaba totalmente equivocada, pero lamentablemente siempre tendrá miedo.
     
    #1

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