El insolente del banco.

Es sueño siempre para él la muerte,
para el pobre que dormita en la plaza
que ocupa impertinente el mismo banco
con tres abrigos y el verano abrasa.
Los pobres casi siempre tienen frío
y las basuras como el oro guardan,
es su andar cansado en la ciudades,
los bancos sus refugios y sus casas.
En el semáforo rojo el sustento
de pobres calderillas, pobres pagas
que ganan embarrando los cristales
con una esponja sucia y sucia el agua.
El día que descanse en el depósito
sepelio breve y una flor ajada
pondrán de caridad sobre su féretro,
no se olvida una vida ya olvidada.

 

Maravilla de la divinidad excelente del arte soberbio.

 

Agradecido, Jorge por tu presencia y comentario a mis letras.
Con mi abrazo.

 

Gran belleza en esa profunda tristeza, con la que nos tropezamos a cada momento y no queremos ver, pero... Ahí está.
Un fuerte abrazo

 

A mi también me llena de profunda tristeza la estampa de esas tan desafortunadas personas que en las grandes ciudades, si cabe, su infortunio es mayor.
Con mi abrazo muy fuerte, amigo Alfonso.
Salvador.

 

Hermoso poema donde plasmas con buenas imágenes la muerte que es la amiga invisible que siempre nos visita. Encantada de leerte. Un fuerte abrazo amigo.

 

Los mismos que fomentan la pobreza ajena son los que tratan de insolentes a los afectados... y les molesta incluso su presencia. Cuando mueren se llevan consigo el recuerdo, porque como bien dices no se olvida una vida ya olvidada.
Estupendo poema que trae a la mente a tantos olvidados.
Un saludo y encantado con la lectura.

 

Excepcionles letras maravillosas de un trabajo monumental y divino.

 

Muy agradecido, amiga Paloma por el amable comentario y la compañía en mis letras.
Recibe un muy fuerte abrazo.
Salva.

 

Así es, amigo Luis, pero la muerte de un desheredado es por lo que conlleva de olvido, quizá más muerte.
Te agradezco en mi alma tus elogios a mis letras, no los olvido.
Con mi fuerte abrazo.
Salva.

 

Estimado compañero Alonso: Acertaste de pleno con el fondo que quise imprimir en mis letras.
Ya lo he dicho, estas muertes casi lo son más por lo que conllevan de olvido.
Muy agradecido por la lectura y el comentario a mi composición.
Recibe un muy afectuoso saludo.

 

Muchas gracias, maestro Jorge Lemoine, por la compañía a mis versos.
Un cordial saludo.

 

Compañero y amigo Ferra: La pobreza y la indigencia es la que es en todos sitios, pero en las grandes ciudades parece por comparación si cabe más desgarradora rodeada de abundancia. Efectivamente pobreza y facultades mentales anuladas van unidas para más desgracia.
Tu comentario ha llegado a lo más profundo.
Recibe mi saludo cordial junto a un cúmulo de bendiciones.
Salvador.

 

Conmovedor poema sobre estas gentes que habitan nuestras ciuadades, has desarrollado con mucho sentimiento y muy bellamente el tema, el verso final es muy bueno. Un abrazo amigo Lesmo. Paco.

 

Querido amigo Paco: Te agradezco en el alma tu paso por estas letras que nacieron con vocación de denuncia, dejando un comentario como huella de tu presencia.
Muchas gracias también por las consideraciones que tienes con mi persona.
Recibe un muy fuerte abrazo.
Salva.

 

Queridísimo amigo Luis: Aquella prosa es conmovedora, al pensar en la muerte la recuerdo y la tengo presente, en especial aquella pregunta final que hacías y que tanto me hizo reflexionar. La muerte es el momento que nos iguala a todos, son los momentos previos los que nos diferencian,
Te agradezco en mi alma tu comentario.
Recibe un muy fuerte abrazo de tu amigo
Salvador.