El Inventor

EL INVENTOR​

I
Para yo hacer que este mundo
otro sentido tuviera
inventé la primavera
y hasta del mar lo profundo;
pues siendo yo un vagabundo
con tiempo inventé el arroz,
jarabes para la tos,
también el calor y el frío,
inventos como los míos
le aseguro que no hay dos.


II
Un día estando aburrido
de pronto inventé la rueda,
el oro, el papel moneda,
los nombres, los apellidos,
los bemoles, sostenidos,
claves de Fa, Sol y Do.
Para el si, yo inventé el no,
inventé los impostores.
Tengan cuidado señores
porque el inventor soy yo.


III
Yo para los escritores
inventé la tinta china
y también las aspirinas
para calmar sus dolores,
los números, los colores,
el hielo, el papel carbón,
el trigo y el algodón
y pare usted de contar,
no me canso de inventar
pues esa es mi profesión.


IV
Inventé el disco compacto,
también la cinta magnética,
las expresiones poéticas,
los tratados y los pactos.
Cuando invento lo hago exacto
con orgullo y con honor;
a mi me llamó el señor
para que yo lo ayudara
y de este modo quedara
con el como el inventor.


V
Una noche, sin motivos
inventé la pluma fuente,
ideé yo el primer puente,
e inventé el preservativo,
con lo que quedó cautivo
hice un bebé de probeta,
pero la gente se inquieta
pidiéndome explicación,
por lo que yo inventé un clon
para que le de respuestas.


VI
A la música hice tonos,
inventé los adaptógenos,
el oxígeno, el hidrógeno,
también la capa de ozono,
el cubo, el cilindro, el cono,
el caldo de tiburón,
la ruta para colón,
el pool, el billar, los dados,
y lo que yo no he inventado,
eso lo inventó mi clon.



José Granado.