El joyero y sus joyas.

¿ Sufrimiento ? ¿ Dónde ?
¿ Cuándo y por qué ?
¿ Te escondes ?
Yo sí lo puedo aguantar.


Y que conste que no estoy loco de atar.


Pero me gusta crear.
De cabo a rabo, y de los pies a la cabeza.
Del vino blanco, o el tinto, a la cerveza.
Rubia, roja o negra.


Espiral de Fibonacci, y el canon de la belleza.


Acaba en 89, mas le sigue el 144. 233...
Luego, 377. Dime si no es hermoso...
21, 34, 55. Estés donde estés.
Viernes, Sábado y Domingo.


¡ Feliz fin de semana ! Big Bang / Big Crunch.





Ocho notas musicales ha de ascender *,
el firmamento al que intentamos emular,
siendo el hombre un portento,
que se ha de tallar la mente, pues ésta es


como un diamante en bruto. Oficio lento.


Y entonces, su zafiro podrá brillar.
Su ámbar, amatista o ágata.
Su esmeralda, ónice o jaspe.
Decodificador o cerebro, listo para captar


sintonías paranormales, o supra-físicas.


Y canalizar, telepáticamente,
mensajes subliminales.
Transmitidos como sensaciones que recorren
el cuerpo entero. De Agosto a Julio,


del año siguiente, y pasando por Enero.


( * ) Ocho notas musicales, como los siete días de la semana, más un Domingo postrer. Eso quiere decir que Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si, Do... Equivalen a Domingo, Lunes, Martes, Miércoles, Jueves, Viernes, Sábado y Domingo. Siendo las domingas, pues, los senos. Y por lo tanto, en las tetas está el secreto. ¡ Big Bang / Big Crunch ! Café con leche. Fuimos café, seremos leche.

 

Fibonacci y su espiral. Misterio absoluto. Por eso comprendí tus versos. Gracias Nommo ...

 

Gracias, amigo. La espiral de Fibonacci nos recuerda lo extenso que es cada Momento. Podemos contentarnos con 5, 8, 13... Y el tiempo pasa volando. Luego, 21, 34, 55... Eso ya es más decente. Vivimos de acuerdo a la sobriedad, elegancia, inteligencia, Respeto, tolerancia, Amor... 89 es el límite, y se parece al Mar. 144 es mucho pedir.


Y si el Momento es tan amplio como 233 o 377, eso quiere decir que has regresado a tu infancia.