El jurado

Los días pasan y se hacen mas largos,
las horas son una eternidad,
minuto a minuto hecho un vistazo,
solo para ver si estás.

Inmóvil dama, inverosimil lenguage,
que este hermoso paisaje me ha de negar,
antes me tocaba pagar el peaje,
ahora ni siquiera se me permite pasar.

A la terraza de mi edificio subo a mirar,
si sigues postrada en ese altar,
de los que no creen nada,
y creyentes se hacen llamar.

Ya no te interesa mas el arte,
ya no te sientas a cantar,
como solías hacerlo antes.

No podemos ser culpables de culpar a los demás,
pero tengo algo que decirle al jurado,
(parado en el estrado)
en este estado mucho no he de durar.
Estoy acusado del crimen de pensar;
no tuve un abogado para mi defensa,
y la prensa, publica todo en mi contra
de que les sirve hacerme un condenado,
y mandarme a las sombras,
si el veneno ya está en mis venas
y no deja de fluir.

Las flores de un árbol perenne no se deberían marchitar.
Las ilusiones de un esclavo se deberían destruir.​

 

Un poema trabajado, complejo, muy bello, muy hermoso.

 

yo solo espero que la sentencia sea justa y veraz, suerte

 

Amigo Jorge, gracias por tus palabras.

 

Sigues decodificando mis poemas. Dicen que, al final, el universo devuelve el equilibrio a las cosas.

 

andas cursi lukis??? vaya poema te juzgas a ti mismo?. bueno tienes un par de faltas por ahí, jajaja grato leerte