El loro y la lora (Tronante) Img.Nº2-marzo

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Es el loro que dice te adoro
y la lora no da ni la hora,
lo que adoro le dijo la lora,
es la hora de hablar como loro
y fue el loro quien dijo a la lora:
yo te adoro y me voy que ya es hora.
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Eduardo León de la Barra
Marzo 2016​

 

Muchas gracias querida Ligia,
por tus siempre generosos comentarios,
No es uno de esos tronantes de los que me sienta especialmente orgulloso,
pero me pareció que se podía jugar un poco con las palabras rima elegidas;
trataré de escribir sobre las fotos que aun no he interpretado en la lista,
levantando un poco la puntería;
un abrazo con mi cariño,
Eduardo

 

Ingenio a raudales y maestría sobrada, nos brindas en este simpátiquisimo tronante, Eduardo.
Aplausos sinceros.

 

Divertido, creativo, verde (dicho en el mejor sentido) y bueno este poema, compañero. Me gustó mucho, me hizo sonreir. Gracias por todo eso. Un saludo cordial.

 

Muchas gracias estimado Delamar,
tu elogio tiene mucho valor para mí,
ya que eres uno de los mejores,
considero a los tronantes como un juego,
para pasar el rato, cuyo resultado
depende mucho de la suerte,
un saludo cordial,
Eduardo

 

Muchas gracias estimado Maramín, el tema se hubiera prestado para algo más picaresco,
pero preferí el camino del desdén de la lora parlanchina y la fuga del loro;
un saludo cordial,
Eduardo

 

Muchas gracias estimado César Guevar,
son juegos con palabras que no domino mucho,
más bien ellas toman por donde se les place
y el resultado siempre es incierto;
un saludo cordial,
Eduardo

 

Muchas gracias Luzyabsenta,
es divertido, como dices pero no siempre se logra un significado pleno,
es muy aleatorio y depende de las palabras que se usan,
un saludo cordial,
Eduardo

 

El Rey del Tronante !! Excelente muestra de dominio de esta forma de poesía !! Felicitaciones !! Un abrazo, amigo.

 

Muchas gracias estimado Miguel Font,
no son difíciles los tronantes, sólo se deben elegir bien las palabras rima y seguir el esquema de su distribución;
lo demás es aleatorio y un poco de suerte,
un saludo cordial,
Eduardo