Él me cuenta...

Él me cuenta que hace días que no te echa en falta, que no te echa de menos, que ya no llora tu ausencia, que no recuerda que tenías la yema de un dedo de la mano izquierda insensible ¿o era la derecha? da igual, el caso es que me contaba te ‘daba cosa’ pisar las cuerdas de la guitarra y él, cuando no te dabas cuenta, te lo apretaba para hacerte rabiar.

Él me dice que no recuerda en qué pecho tenías ese lunar que tanto le gustaba desde aquel primer día en la playa, ni cómo se llamaba vuestro bar favorito, y duda del lugar dónde te vió por primera vez.

Él ya no me habla de cuando dormíais juntos, abrazados toda la noche, y colgábais en la puerta el cartel de no molestar, ese que se caía y la camarera entraba, o aquel otro que ponía la hora para que subieran el desayuno y, cuando amanecía y llamaban a la puerta, cómo salía corriendo dormido aún, buscando una camiseta intentando no caerse sorteando el mercadillo de ropa que había en el suelo, y al abrir la puerta decía un torpe ‘buenos días, gracias, gracias, gracias’ mientras tú te reías de su carrera, y él, con su mal despertar, se hacía el enfadado y se metía de nuevo a la cama para regalarte mil besos y caricias esperando que sonara el despertador dos horas más tarde para llevarte a trabajar.

Me contó cientos de veces cómo temblaba y lo que sentía cuando le cantabas cualquier canción, cuando compartíais los auriculares de tu discman en la cama o cuando os abrazabais frente a un escenario...Ya apenas él recordaba que le cantabas.

Me contó miles de veces lo que le gustaba tu pelo, tu sonrisa, tu mirada, ese ‘percin’ de tu nariz, el olor de tu cuello (qué pesado se ponía!). Ahora me cuenta que olvidó de qué color era tu pelo, que recuerda la forma del frasquito de colonia pero no cúal era ni cómo olía, y me dice que tu cara la tiene muy borrosa en su memoria, que no sabe cómo reías.

Él se miente, él solito se miente, pero a mi, que le conozco muy bien, son muchos años ya, no me puede mentir, no…se nota en su mirada cuando me habla de tí. Yo sé que llora y sufre todos los días, todas las noches. Sé que no es feliz y que te necesita. Sé que si tú quisieras iría corriendo a abrazarte de nuevo. Sé que tendría una sorpresa para tí cada día. Sé que te regalaría todos sus besos y sonrisas cada amanecer al despertar, después de haber soñado toda la noche a tu lado. Sé que te espera…que aún te espera. Y sé que te quiere como nunca quiso a nadie. Sé que todo lo que me cuenta y dice que olvida de tí…es mentira.

Antonio Julio 2005
(gracias: 'en busca y captura' de eso que llaman felicidad)