El mediocre y el genio.

Llegué muy lejos, y acabé en el contenedor de basura.
Mis amigos no se explican cómo alcancé tan singular sepultura.
Yo era genio y figura...
Un poeta, amante de la Literatura.


Pero los sueños, sueños son.


Necesitaba el metro subterráneo, para percibir limosnas, a cambio de la música de mi saxofón.
Una vida turbia; decente, algunas veces, excepto en Martes y 13.
A mí, nadie me manda. Pero pocos me obedecen...
Por ello, los problemas crecen.


Y no tengo a dónde ir. Como le ocurría a Richard Gere, en Oficial y Caballero.





Tendré que pilotar un avión caza-bombardero.
Luzco un tatuaje, labrado en las islas Filipinas.
Por ello, parezco un valiente. No soy ningún gallina.
Sin embargo, noto que se incrementa mi mediocridad.


¿ Siempre fui así ? ¡ Oh, no me digas ! Disculpa mi incredulidad.