El mejor asesino; el tiempo.

Siento el fuego que consume mi alma, consume mi cuerpo al pasar los días y no lo puedo parar,
es mas fuerte que lo que puedo percibir, nada ni nadie nos puede curar,
condenados a padecer este castigo fruto de nuestras capacidades,
es el precio por acariciar la conciencia,
el precio por querer ser como Dios.​