El monstruo de dos cabezas

Se le acabó a Lázaro el plazo de resurrección,
a la piña el sabor tan dulce que tenía,
la fortuna perdió su buen corazón
y yo las ganas de hablar con ironía.

Se terminó la señal de SOS del Titanic,
la sal que tuvo el mar y ya no tiene sabor,
se terminó el vaso de mi Gin Tonic,
mi sonrisa falsa, mi pañito de sudor.

Cancelaron el episodio en que ganaban los buenos,
llamando al demonio un amigo de Dios,
sacaron pasaporte mis ratos para echarme de menos,
si los encuentras diles adiós.

Soy yo mi monstruo de dos cabezas,
el tonto que barrió sus sueños,
fíjate bien a quién le rezas
que cada día tiene sus dueños.

Sepultaban las flores del jardín de mi vida,
dieron buena cena en nuestro honor,
hay besos que devuelven cada herida
que habíamos olvidado con dolor.