El niÑo de las sombras

El niño de las sombras se derrama
entre recovecos de aurora.
Su risa infantil asusta
a los habitantes nuevos.
Cuando el reloj repiquetea sus huesos,
sus ojos se abren como dos estrellas sucias,
mira atentamente una mariposa de luz,
luego la persigue desesperado,
hasta que el ébano de la noche
lo hace chocar bruscamente con los objetos.
A veces se sube a los árboles
como un acuoso fulgor,
y entre sus ramas da fruto
a un diamante verde.
Destila algunas frases amargas,
con esa ternura del ayer que sangra,
o atraviesa los cristales buscando
la belleza de tu tallo
que pronto nos dará una flor.
Se queda titilando entre los escombros
de notas otoñales
como un raro himno de sueños primaverales.
Vuelve al viento en un balido.
Como un hermoso ruiseñor
se une al canto peregrino
de las aves...
Y es tan dulce su trino
que las mujeres sienten
como una luna se fecunda en sus vientres.
Hay aroma de azucenas cuando reposa.
Una lluvia de cenizas entre mariposas.
Un pensamiento triste que nadie quiere recoger.

Escrito el 01-03-05

 

Jugando entre sueños perdidos... Un gusto comentar

 

Pleno de imágenes, bello poema, un placer de lectura! Bravo, amiga.

 

Lo ya escrito en Bellas Secuelas. Y sus correspondientes estrellas, claro.

 

Muchas gracias a todos por leer mis poemas, saludos!