Las historias de mi abuelo (1)

El niño huérfano

Hoy te contaré los cuentos
que mi abuelo me narraba,
con su voz parsimoniosa
y sus dotes de poeta.

Recostado ya en mi cama,
y muy atento yo en su pecho,
un silencio muy profundo,
precedía a su relato.

De repente sin esfuerzo,
las palabras le brotaban
de su boca cornucopia,
derramábase abundancia.

Su relato tan preciso,
denotaba su sapiencia,
lo contaba emocionado,
la impregnaba con nobleza.​

Esta historia es la primera:

Hubo tiempo atrás un niño,
que sin padres se quedó,
adoptado por un monje,
su virtud se acrecentó.

Estudiaba las estrellas,
las montañas, escalaba,
en las selvas se perdía,
y en los mares se adentraba.

Con sus manos ambidiestras,
artilugios fabricaba,
y su mente siempre atenta,
discernía y evocaba.

Dime a mí gentil mancebo:
¿Qué secretos escudriñas?,
―dijo el monje a su acogido―,
quien así le contestó:

La feliz respuesta busco ,
al vacío que rodea
mi existencia desdichada,
por la ausencia de mis padres.

Solo queda su recuerdo,
como lumbre en el carbón,
esa chispa a mi me basta,
para hallar su protección.

Sus sonrisas he buscado
entre piedras agrietadas.
Sus abrazos he soñado,
en las noches estrelladas.

Con poetas he charlado,
para ver con claridad,
mas sus letras han forjado,
más dolor al corazón.

Los marinos en sus barcos,
me llevaron a buscar,
en los mares la certeza,
de encontrar a mis papás.

Sin embargo entre las olas,
sus suspiros no escuché.
Las canciones de mi cuna,
a sirenas les canté.

Y en las selvas por el mundo,
penetrando espesos bosques,
animales peligrosos,
reprobaron mi misión.​

Adujeron que no había,
de mi parte sensatez,
al buscar en sus dominios,
la razón de mi penar.

¿Donde debo pues buscar
las respuestas a mis dudas,
si en el cielo, ni en el mar,
ni en la tierra, hallo justas?

Tus esfuerzos los comprendo,
―respondió su protector―,
mas respuestas a tus dudas,
solo darlas puede Dios.

Busca a Dios en el vacío
que quedó en tu corazón,
y respuestas hallarás,
a tu cruel oscuridad.

¿Puedo acaso hablar con Dios
y encontrar a mis papás?

―A la muerte Dios regenta,
y a la vida mucho más,
en la nada existe todo…
y en el todo…la bondad―

Y ese día el muchacho,
su tristeza desechó,
descubriendo que sus padres,
obtuvieron bendición.​

Desde entonces yo recuerdo,
este cuento de mi abuelo,
quien feliz lo escuchará,
¡con sus padres,
en el cielo!
​

 

Los versos se desgranan plenos de ternura, llegan al alma y la conmueven!! Bellísimo trabajo!! Un abrazo, amigo poeta.

 

Gran poema de una belleza sencilla, natural, como debe ser. Bien hecho: un trabajo profundo. Un saludo!

 

Hola Miguel, es un gusto para mí volver a saludarte. Muchisimas gracias por detenerte a leer y a comentar mi poema. Nunca he olvidado aquéllas palabras mediante las cuales me aconsejaste no borrar los poemas que no recibían ni un tan solo comentario de los usuarios, creo que de haber hecho lo contrario habria dado cabida a mi frustración y no hubiera podido conocer mis capacidades. Aún me falta mucho, pero en el esfuerzo por mejorar continúo.

Abrazo cordial,

puroamor.

 

Muchísimas gracias estimado BEN, aprecio sobremanera tu comentario y agradezco tus afables palabras para referirte a mi poema. Definitivamente me complace mucho que te haya gustado.

Saludo cordial,

puroamor.

 

Versos que emocionan, algo tristes pero bien hilvanados puroamor.
Saludos y feliz día

 

Estoy de acuerdo en que los versos generan una leve tristeza en quien los lee, yo también la sentí al finalizar su redacción, pues aunque se trate de mera ficción, es por de más que uno no evoque a un familiar ausente con ésta lectura o despierte en su interior los recuerdos de una deuda pendiente de saldar con ese familiar y he de ahí que se origine la tristeza que mencionas. Agradezco enormemente la gentileza de tu comentario.

Abrazos y besos,

puroamor.

 

Hermosa historia que comparte un sensible mensaje querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Para mi ha sido un honor tu presencia por mis versos y muy satisfactorio el saber que fueron de tu agrado querida Nancy, por lo cual te agradezco sinceramente.

Saludos, abrazos y besos,

puroamor.

 

Una historia muy hermosa a pesar de la tristeza que se percibe, debe ser difícil haber pasado por esa situación pero creo que aún con el corazoncillo apachurrado no somos nadie para juzgar y menos a los seres que nos dieron la vida, al final existen otros ángeles que Dios nos envía para alivianar un poco ese malestar, muy bello su poema, grato leerle, saludos!

 

Apreciado y distinguido amigo, debo agradecer la sinceridad y la profundidad de tu comentario. Ciertamente que es una historia muy triste pero llena de tesón y esperanza. Este es uno de mis poemas favoritos, pues surgió sin el esfuerzo de adecuarlo a una rima y cuando tenga el tiempo suficiente para pensar mejor, voy a mejorarlo.

Abrazo cordial,

puroamor

 

Estimada poetisa, concuerdo plenamente con su amable comentario. Lo importante es cicatrizar las heridas logrando la paz interior y la verdad cuando se sabe es un bálsamo que ayuda a ese propósito. Agradezco el favor de su comentario y el tiempo que usted destinó para leer este poema.

Saludos, abrazos y besos,

puroamor.

 

Debo agradecer con ésta réplica la percepción que tienes de este poema, así como la intención de volver a leerlo.

Abrazo cordial,

puroamor