El niño que corre.

Es una biósfera que concierne, hecho
en ámerica, sin distracción, es laguna de los mares,
en la destrucción de uno que acaba; es el cielo
o pacifico, en la noche de la luna.

Volviendo al fuego, penetra la mente
en la élite de la luna, su fuente, la tierra,
su agua el cielo, latiendo en fiebre por oscuras lentes;
es el agua un hijo si se quiere pensar.

El único río que se conoce, promedio de la suerte,
quitando del cielo su agua, obstruyendo las fauces
que cierran eléctrico; es el único hijo
volver al mar.

Cansado del hambre vuelvo, cual, donde; y la tierra
solo sabe eso, es pura hambre y el cielo parte,
son dos que queman, dos que nacen
somos aire y fuego.

 

Bellos versos, un poema extraordinario y excelente muy bonito.

 

excelente poema..gracias por compartir!