El niño que sopló un diente de león, poema 18

I

Te he soltado,
inexplicablemente
de maneras naturales,
a rincones,
a sacos de olvidos.

Me inquietas,
me llamas,
dices mi nombre,
digo tu nombre,
y miento,
me miento,
y hago como que no te escribo.

¿Por qué te dejé?
-¿Por qué me dejaste?-

II

Siempre encuentro en ti consuelo.

Y no sé cuanto sabes de mi
-o cuanto sepa yo de ti-

¿Dónde has estado?

No importa,
pero vuelve,
no puedo, me sé incompleto,
incompetente.
No sé quien soy sin ti,
sin mis ganas de escribir,
escribirte, poesía.

III

Odio lo que me vuelvo sin ti,
el insoportable que soy sin ti.

No gasto mis papeles,
mi tinta,
mis manías,
mis fantasmas,
mis dolores.

No sé como escribirte,
describirte, poesía.

Vuelve,
volvamos,
déjame volver.

 

Me ha gustado, poema de tintes melancólicos en los que una ausencia no deseada sobrevuela sus versos, sensible y bella escritura para un gran clima poético que me ha gustado sin remedio amigo Yak. Abrazote navideño vuela. Paco.

 

Muchas gracias a ambos por los comentarios, un abrazo.