El niño y el mar

Nació en la montaña,

antes de las palabras

escuchó al viento

bajar de las cumbres nevadas

a los desfiladeros impenetrables.

Parte de su cuerpo

fueron el trueno y el relámpago,

las constelaciones al alcance de la mano,

los caminos primaverales

que despertaban el sueño de la nieve.

Se amamantó en las vertientes

bajo el vuelo de los cóndores.

a los once años lo llevaron al valle,

más allá del valle

lo dejaron frente al océano,

al universo de agua limitado por el horizonte,

aterrado por el ruido de las olas

mientras sus pies se hundían en las arenas húmedas

miraba, miraba, miraba.

no había imaginado el mar

no conocía el vuelo de los alcatraces,

nunca había olido el aroma salino.

Ahí estaba, inmóvil

frente al universo verde azul en movimiento

como la criatura sacada del vientre de la madre

a un espacio ignorado.

 

Un poema con muy hermosas imágenes pero no es realismo poético, te lo muevo a generales. Un cordial saludo.