El nombre de nadie-.

Desgarraban tu cabello

ángeles estultos y sin raciocinio

ángeles pedantes y sin ridículo

ángeles perfumados con gloriosas

hombreras esculpidas sobre carne y muerte:

fue en un principio; sangre sobre carne,

mientras moría la tarde: sílabas y sepulcros,

idénticos alardes de vida extenuada. Mientras muere

la tarde, ahora, en un rincón se desvanece

el silencio y la agonía astuta de la noche.

Mientras se muere la tarde, una rota vasija

gesta el martirio de tanta bello nombre arrebatado:

sombras, tu nombre, ciegos melocotones de herrumbre

y discordia: atentados contra tu verdadero

nombre en clave.

Visitabas los lóbulos del martillo,

errante y furioso, únicamente favorecido

por tributos y panes celestiales, formas insondables

de tu cuerpo en la penumbra; se alzaba tu memoria

en rebeldía incesante, tu esencia dispersa y tu tristeza

volátil, momificada como una sola carne.

Y rompiste el nombre, la nomenclatura

absurda que te movía a intereses innobles;

y perseguiste tu exilio entre arenas inconmovibles.



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Impecable obra, potente y conmovedora de principio a fin. Gracias por compartirla. Abrabesos Ben.

 

Muchas gracias Ropittella, no sé si dice así, un saludo cordial-.