El Nublado

Dos gotas en la ventana más alta y el reloj en la 9:32.
Primero de un abril bastante frío.
Se levantó afiebrada en desconsuelo.
Pensó recién al ver los nimbos grisáceos:
"cuando bostece el cielo y se despeje, voy a estar feliz"
Abrió la puerta de entrada.
Sacó la reposera y dos termos con agua caliente.
Se sentó con el mate dulce en la mano izquierda.
Y el cielo gris en la mano derecha.
Pasaron dos esteparias bolsas de disco volando.
El mate se lavó.
La tarde se sostuvo velada.
El segundo termo ya tibio para el té.
El saquito fue descubierto desde un bolsillo.
Dejó la vista navegando en los juegos de luces en la infusión.
Poco resuelta la levantó.
El nublado no llovía.
Ella, nublada, tampoco.
A las 9:32 de la noche volvió a entrar.
Salió nuevamente con una frazada.
Difusamente esperanzada miraba todavía.
El frío se pronunció.
El agua comenzó a caer escatimada.
Un brisa nocturna sazonaba la imagen.
Quedose dormida enviolinada por los grillos.
Resurgió el cielo, con Luna y todo, a las 2:32.
Demasiado tarde como para ponerse feliz.
Muy cínicas son las nubes con ella.
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Espectacular poema amiga!!!! Me encantó, lo voy a releer varias veces...
Si es posible a la noche y con mate.
Besos