El nudo de los olvidos

Es en esa atadura que hacemos con el pañuelo para recordar en la que, a veces, se originan ciertos ruidos secos que apenas son audibles para nadie. Es muy parecida a la que, en sus inicios, hicieron las olas para no olvidarse de, además de ir, también regresar.

Es como si, en el fondo del mar, tras construir un inmenso engranaje, -algo ciego ya, y un tanto enfermo-, lo utilizaron, -y aún siguen utilizando-, temerosas de la posible rotura de lo pactado en tiempos tan, tan remotos.

Llegar a darse cuenta de este suceso no suele resultar nada fácil y, menos aun, de algu-nas de sus peculiaridades. Digamos que las olas hacen su salida desde lo más lejano del litoral y desde lo más profundo del mar, lugar que se ubica no muy lejos de lo que a todos nos convencieron de su existencia y que hoy denominamos “infiernos”.

Cuando las olas salen,-esto sólo se puede ver cuando nacen-, se nota que lo hacen mientras se cuidan de mantener sus sueños en lugares y cavidades estrechas, fuera del alcance de los insomnios abisales, que son los más destructivos de todos. Una vez que llegan a cierta altura, donde desaparecen todo este tipo de peligros, claramente se las puede ver mucho más alegres y relajadas, momento en el que comienzan a aumentar su volumen y así ganar en velocidad.

Cierto es que hoy en día, gracias al desarrollo tecnológico, hay muchos aspectos y curiosidades al respecto de este fenómeno que ya están al alcance de la sociedad, pero también es verdad, que existen muchos otros imposibles de ser registrados por mucho que haya evolucionado la ciencia. Es el caso, por ejemplo, de los insólitos fenómenos que, hasta este momento, tan sólo son perceptibles por el ser humano y que todavía no hemos sido capaces de registrar, a pesar de todos nuestros avances.

Ahora mismo tengo la extraá sensación de “haberme perdido”, de haber olvidado lo que tenía entre manos. Tendré que hacer un nudo más en mi pañuelo y esperar a ver si soy capaz de regresarme y retomar lo que estaba queriendo decir.

 

Mira, me ha gustado tu prosa... las olas y los olvidos. Interesante relato.
Espero que recuerdes pronto qué es lo que querías hacer.
Y lo hagas.
Saludos cordiales.

 

Me pasa lo mismo estimado poeta, entonces creo que debo hacer esos nudos
mi respeto en un abrazo de colores

 

Ha sido un gusto leerte poeta.

saludos.