El océano muere

Mi granito de arena en el
Día Mundial de los Océanos.
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La anestesia resulta hoy evidente
porque no hay amenaza que contenga,
ni corazón ni hambre que se abstenga
ni por pura razón ni por la gente.

Ni amenaza mayor de lo que advenga
ni las sombras terribles en la mente
detienen la desgracia... es inminente.
El océano muere, ¿en qué devenga?

Esta carta me juego, humanidad,
porque el lecho de extraña lengua calla,
porque crece en su vientre este silencio

con su mutismo que en mi alma encalla
que sin duda es la muerte que presencio,
la culpa está boyando en su ruindad.

 

Justo reclamo contra la inconsciencia de la humanidad por seguirse precipitando hacia la muerte del océano y de la naturaleza en general que es parte fundamental del equilibrio ecológico que en caso de perderse nos resultará fatal. Un gusto leerte.

 

El gusto es mío Luciana, hay mucho por hacer por nuestro hogar. Saludos.

 

Buenos versos, José, no hay más que ver los inventos que nos estamos comiendo; palitos de restos de pescado, gulas (que no angulas) y otras porquerías marítimas que son peor que comerse una cucaracha.

Un saludo, Alberto.

 

Es cierto Alberto, para muestra basta una radiografía, comemos nuestra basura. Un saludo.