El ostracismo

EL OSTRACISMO

En un parque casi
desértico
me siento
con mi viejo perro.

En un paraje casi desértico
donde el alma no responde
pero si el cerebro;
me encuentro a trescientas
revoluciones por segundo
y un pá luego.

¿Crees que ya me tienes
tóxico presente y futuro incierto?
¡Aún está por ver!
salvaje ánima paranoica.

Y sin ganas
concluyo que:
en verdad poco me importa
tu malestar,
solo quiero oler las flores
que en mis tempestades más cálidas
me enseñaron a soñar.