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El perdón

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Andysdarling, 9 de Septiembre de 2011. Respuestas: 2 | Visitas: 1094

  1. Andysdarling

    Andysdarling Poeta asiduo al portal

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    La ofensa es la creencia o sensación de que alguien te ha herido y por tanto algo te debe, te debe restitución, es decir, el ofensor debe sufrir por lo menos lo mismo que tú, si no más. Así pues debe hincar la rodilla ante tí declarándose culpable para aplacar tu ira.

    Nos encontramos en manos del ego poniendo en movimiento el juego del bueno y el malo, iniciando así el juego que mejor juega, el juego de la guerra. Nótese que si creemos tener la potestad de perdonar, por fuerza creeremos entonces tener la potestad de castigar, o al menos de retirar nuestro amor a nuestro hermano lo cual es imposible, pura ilusíón de separatividad.

    Este molesto pasajero cree que su punto de vista es el único válido y exige a los demás que se ajusten a él, esto equivale para el ego a la total perfección, perfección que por otra parte cree imposible, en realidad solo utiliza esta exigencia como arma arrojadiza para conseguir que nos hundamos los unos en la culpabilidad y la vergüenza y los otros en la ira, el odio y la venganza, o lo que es lo mismo en la guerra, la desunión y el caos que es su terreno; ahí él gobierna.

    Pero el amor, siempre al rescate de las almas torturadas, siempre abriéndose paso a través de los errores que la ignorancia crea y el ego alienta, inventó el perdón para restaurar la verdad que es la inocencia, dándole al perdón la misión de hacer crecer el amor y la compasión, pues el perdón es un acto de amor que restaura la inocencia en tu corazón y en el corazón de tu hermano.

    Perdonando entras con tu hermano en el Reino; es la palabra de Jesús. Si esto deseas, a quien te pida perdón, perdona, pues lo que haces a tu hermano a tí mismo te lo haces; y cuando creas haber ofendido a alguien y te sientas culpable, pídele perdón, pide ayuda a tu hermano para que restaure tu inocencia.

    El perdón alimenta el amor y el amor crece y te ilumina llenándote de luz que te hace alcanzar la comprensión de que no hay nada que perdonar; relaciónate pues con amor y te verás libre de la cadena del castigo y el perdón, es decir del juego de la guerra.

    Más a falta de comprensión perdona, perdona cada día que el perdón es para el alma como una buena ducha, la libera del odio que la ensucia impidiéndola elevarse. Perdona y espera, la comprensión te llegará y cuando comprendas verás desaparecer ante tus ojos como por encanto la tortura de la necesidad de elegir entre castigo y perdón pues dejará de haber ofensa.

    No dejes que tus conceptos ni tu memoria sean quienes miren a tu hermano, mira con los ojos de tu ser interno, que tu corazón y tu alma sean quienes hablen, no tus recuerdos. medita en quien te hirió y verás que es amor y belleza, que son los hermosos hijos del Padre, tan queridos para El como tú. Es su palabra. Hazlo regularmente y sobre todo cuando el recuerdo de tus heridas avive el dolor en tu corazón.

    Quizás no quieras perdonar por miedo a sufrir de nuevo, más cuando aprendas la lección que la ofensa te trae, ésta dejará de llegar a tí. Perdona pues, perdona y aprende, que toda ofensa es una lección que hay que aprender y no otra cosa.

    En mi experiencia la comprensión me ha llegado siempre que me han pedido perdón, ya que no he podido negarlo al ver claro, a la luz de los argumentos que me exponían que el ofensor actuó lo mejor que sabía aunque esto supusiera un daño para mi persona, y que por tanto yo no estaba por encima de quien supuestamente me ofendía.

    Mira con amor y te llenarás de comprensión pues el amor es luz que todo lo ilumina.

    Solo cuando hayas perdonado todo a todos comprenderás que no había nada que perdonar. Son las paradojas de Dios, lila, hermano, juego divino.

    Sonríe y juega, ganarás toneladas de amor, humor y felicidad.
     
    #1
  2. Vital

    Vital Poeta veterano en el portal

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    Si miramos con juicio esperamos perdón. Más si miramos con amor al no existir juicio la herida ya se restauró...
    Es en la naturaleza donde manan los ejemplos de que el perdón no existe, si no se reconoce la ofensa. Hiere el Invierno, restaura la Primavera...Llueve el gris y el suelo se viste color. Es desde las transparencias que todo se engalana de esencia. Y como no, si hay comprensión ya no hay que esperar al sol para ver...
    Un gran regalo nos haces Andy, sin duda tu generosidad es primavera en este jardín de letras...
    Mi espíritu te sonríe, pero por inercia...
    En mi amor lucen bellas luciernagas, si quieres puedes llamarles estrellas...Y mi paz es una de ellas...
    En ti me quedo.
    Vidal
     
    #2
  3. Andysdarling

    Andysdarling Poeta asiduo al portal

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    ¡No lo puedo creer, mi bienhallado! Vidal. Así le escribí a mi hombre amado que ya se ha unido al Todo, por lo cual su espiritualidad es totalmente adulta, profunda y de una sensibilidad muy diferente a la mía, pues en mí aun vive la niña que juega en feliz y asombrado éxtasis con el infinito y su belleza, como hacen los niños en el jardín paterno:

    "Nunca treparemos juntos por un rayo de sol ni uniremos nuestras manos para tocar una estrella, y sin embargo quisiera encender tu candíl con la luciérnaga".

    . . . Luciérnagas, tan dentro de nuestra alma y tan desconocidas por nuestra mente. Vidal, hijo de la luz, dejemos al misterio de este arquetipo que nos hechice sin descorrer el fascinante velo que oculta su misteriosa y dulce faz. No matemos a ese don de los dioses que hemos dado en llamar poesía con el frío escalpelo del análisis.

    Gracias por la atención y el tiempo que me dedicas. . .Te envío con un suave soplo de mi aliento las luciérnagas que impacientes vuelan sobre mi mano para llegar junto a ti.
     
    #3

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