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El Pescador

Tema en 'Poemas Generales' comenzado por quillo, 17 de Agosto de 2007. Respuestas: 3 | Visitas: 567

  1. quillo

    quillo Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    7 de Agosto de 2007
    Mensajes:
    83
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    Sentado en la orilla de alguna playa,
    a un pescador vi llegar;
    sus cansados andares marcaban a cada paso,
    su estrecho vinculo con la mar.
    Su piel estaba tan tostada
    como las barquillas
    que alejadas de la orilla
    toman el sol de mediodía.
    Entre sus aparejos perfumados por la sal y
    anzuelos oxidados por la edad,
    encontró en su bolsillo lo que andaba buscando;
    encontró una pequeña caja de infelicidad.
    El pescador remangó sus pantalones,
    montó su vieja caña y
    con paso firme y
    atrezzado con todo lo necesario para pescar,
    se introdujo poco a poco,
    paso a paso,
    lentamente,
    hacia las profundidades del mar,
    hasta que las olas abrazaban su estrecha cintura.
    En ese preciso momento,
    mientras que una de sus arrugadas manos
    daba cobijo a un viejo anzuelo,
    con la otra abrió la pequeña caja y
    sacó un papel en el que había escrito;
    ¿Qué tal viejo amigo?
    Lo ubicó con suavidad y maña en el viejo anzuelo y
    lo arrojó hacia el mar.
    Tras una larga espera que sólo una mujer sabe dar.
    El pescador elevó su caña;
    acercó el aparejo y hay llegó su incredulidad;
    su compañero,su amigo,
    no daba señal.
    Una vez más abrió su peculiar caja,
    sacó un anónimo papel y escribió:
    Amigo,si estás ahí,dime que hago aquí.
    Dame una sola razón por la que deba seguir.
    Y lo retornó al mar.
    Todo se resumió en un terrible silencio;
    el pescador alzaba su mirada y, en un silencio,
    no hallaba ninguna respuesta
    rastreando como cual escáner de un lado hacia el otro y
    ni el viento había despertado aquella mañana;
    la calma le dejaba sin aliento;
    volvió a esperar, a esperar y a esperar.
    Hasta que una vez más elevó la caña y
    se la arrimó a su pecho.
    Por segunda vez lo único que pescó
    fue silencio.
    Iracundo abrió una vez más la caja
    que como manifesté anteriormente,
    tenía una peculiaridad
    que consistía
    que al ser una caja de infelicidad,
    su tamaño aumentaría a la vez
    que se alimentara su tristeza;
    y tras los acontecimientos ocurridos,
    aquella pequeña caja
    se habia transformado en un viejo baúl difícil de manipular.
    Prendió otro papel y escribió:
    Amigo,si está hay,dime que hago yo aquí.
    Dame una sola razón por la que deba seguir.
    Y lo arrojó por última vez al mar.
    Volvió a esperar, a esperar y a esperar...
    LLorando, se despojó de sus bártulos
    que se hundieron al igual que sus esperanzas;
    dejó la caña sobre su inerte amigo y
    poco a poco, lentamente,
    se introdujo en el mar.
    Aun hay marineros que cuentan
    que lo han visto vagar por las profundidades y
    otros que narran
    que cada uno de sus llantos
    es la razón de nuestra pleamar.​
     
    #1
  2. Carende

    Carende Invitado

    QUILLO ES IMPRESIONANTE. ! ENHORABUENA!, máxima puntuación. MUY BUENO.

    Besos,

    Carende
     
    #2
  3. MP

    MP Tempus fugit Miembro del Equipo ADMINISTRADORA

    Se incorporó:
    29 de Diciembre de 2004
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    Género:
    Mujer
    Muy bonita esta historia en estos versos, más cercanos a la prosa...

    Un saludo

    JULIA
     
    #3
  4. En el corazon de la Luna

    En el corazon de la Luna Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    16 de Enero de 2007
    Mensajes:
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    Muy bella historia, es la primera vez que te leo y me gusto tu forma de escribir, un gusto pasar por tus versos, saludos.
     
    #4

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