El pibe del tren

Otro invierno.
Otra estación de tren.
Sonrisas que no se ven.

Perdoname pibe si no te compro la estampita.
Quisiera enseñarte a no pensar en guita,
pero eso es fácil para mí, que ayer comí...
Quisiera enseñarte, pero...¿qué te puedo enseñar yo?

Perdoná, te lo quise decir pero no me salió la voz.
Por eso te lo escribo
Si hay alguien responsable de la tragedia en que se ha convertido el mundo, ese, de seguro no sos vos.
Olvidá por un momento tu fraudulenta deuda con la vida.
Dejás estas vias y dame todas esas estampitas.

Olvidá aunque sea por un día tu inexistente deuda con la vida
y andá a jugar a la pelota por hoy.

Dale, che.
Dame todas esas estampitas y tus zapatillas rotas.
Olvidá tu deuda y andá a jugar por hoy...
yo me hago cargo de esta cuota.

El Poeta del Asfalto
(2004)
Pibe: niño.
Guita: Dinero

 

Miro el silencio de esos niños trabajadores, se puede ver en sus ojitos la tristeza, y allí, los otros miran pasar el tren esa locomotora que lanza gritos en cada despedida y en cada arribo la escuchan y rien se entrelazan sonrisas y otras manos se sacuden en febriles despedidas, pero a -Él-, a ese niño se le ignora como si no existiera... y en tu poema al menos por -hoy- ese chiquillo pudo sonreir (no por haber vendido todas las estampitas) sino por haber podido recordar que él es un niño y que podrá ir a jugar despreocupado como tantos otros su tierna infancia. Mil abrazitos mi poeta de sensibilidades...!