El pibe

El pibe, humilde en ideas, con un par de trapos y una bocha, evadía el camino que le marcaba el sistema, con la garra de la joven raíz que nace en el pantano y empuja para subir alto, se ensuciaba en su transcurso, pero con barro limpio.

En un potrero forjó su sueño, chapado en oro trucho, soldado con gotas de sudor. Con la seguridad de una garantía, escrita toda en letra chica y firmada por el diablo; juró ante la tumba de su padre no bajar los brazos jamás ante la desdicha y armándose de frágiles ramitas fue imaginándose una escalera al inalcanzable cielo oscuro.

Más que junco, denso juncal, soportó firme al corrompible tiempo y remarcó la memoria de la arena con idéntica fuerza cada aniversario de su sueño, el cuál se deshizo de la inmortalidad conmovido por el llanto seco de un semi-ángel, que amenazaba a fieros gritos en destronar al corrupto destino por trato preferencial.

Solo me resta por contar, que aquél chico que nació en los suburbios, ese joven y viril león sediento insaciable de nacimiento, que tenía por destino sucumbir ante el frío y el hambre, le batalló a la vida en la placita y luego formalizó su triunfo en una cancha, convirtiéndose en el rey de una injusta selva.

Ya viejo y cansado, abandonó su trono para convertirse pastor. Al no poder cumplir con éxito ésta tarea, no pasó mucho tiempo antes de que su herida interna, aquella que lo había empujado a la gloria, le partiera el roble corazón en dos y enceguecido por el veneno volviera por última vez al viejo potrero..y con una bocha y un par de trapos viejos.. se quedase majestuosa, eternamente dormido..

 

Un buen trabajo, aunque creo que es más prosa que poema, un saludo cordial y mis mejores deseos para 2008

Jaime