El placer de matar

El placer de matar.

Avanzas silbando mientras con una mano firme arrancas el retoño brote de lo era su brazo de protección y sustento.

Y no escuchas más que reguetón en los audífonos y mezclas silbos y tarareos, mientras caminas hacia la casa.

En la mesa dos nonatos reposan, esperando el proceso de ser estrellados contra un borde para romperlos y vaciar su contenido.

Sobre la dura piedra un motor se prueba, a ver si las cuchillas giran.

A su lado cuerpos rojos entran en bandejas sanitizadas al horno caliente lo necesario para extraer la humedad que se pudiera encontrar en su interior.

Transcurren ocho, nueve, diez canciones contoneando salvajemente hombros y cadera, al son de la música que trepana el cerebro.

Al cabo se sacan del horno, ya semisecos y encogidos los cuerpos ahora de rojo plomizo, apagado, se lanzan con dejo de indiferencia, mientras el penetrante ruido del motor hace mención al proceso de triturar...

Los restos van a dar a un recipiente con fuego y algo de aceite, deslizando pesadamente la mezcla de rojo cenizo... todos y cada uno llegan para ser paleados con firmeza sobre las llamas.

Al rato son llamados los herederos, para que se sirvan ese festín chorreante... y claro, asoma una voz de reclamo.

—¡Mamá! ¿sopa de tomate de nuevo?
...

No es lo que digas... sino como lo digas...

Algo inocente puede parecer tétrico... y una barbaridad pasa como simpleza.

 

Ay pobres tomatitos!
Eres cómplice de una asesina
esta vez por suerte
no soy yo shhhh
Tienes toda la razón... Es según como se digan las cosas o como las interprete el burro
Y yo otra vez... ahora
con ganas
de matar de un burro

 

Jajajaja.. gracias su Serena Majestad por la nota.

Como siempre me postro a sus pies.

Besos con cariño.

 

Muy gore No esta mal. Es decir, está muy bien si no fuera por la imagen tan desagradable que compartes de manera formidable. pero... mi consejo es que te lo dejes mirar. Ve al médico y cuídate mucho Un abrazo

 

Gracias Asklepios por tu comentario.

Efectivamente la redacción está hecha de tal manera que influya en la percepción extrema sobre algo tan simple como una sopa de tomate.

Le agradezco su reacción y recomendación, porque implica que logré el objetivo de mostrar la forma como la redacción de una obra puede pervertir un evento.
Esto es una táctica común en las comunicaciones políticas.

Si gusta, le invito a busque obras mías en otras temáticas y subforos, donde los objetivos y formas son muy diferentes.

Por allí alguna vez monté un escenario erótico en una taza de café con miel.
http://www.mundopoesia.com/foros/temas/gotas.504502/

Saludos Cordiales Asklepios.

 

Vaya con el título, he intentado matar a alguien (es mentira, o no) y no me causó ningún placer el hacerlo, mucha adrenalina desatada y ganas de acabar con aquel h, de p. sanguinario, ¡pum, pum!, carreras locas, secuestros, ruedas que chirrían contra el asfalto, hospitales con operaciones de urgencia para extraer un proyectil, policía de por medio, gente que no abre la boca porque tienen miedo, semanas de seguimiento para localizar al h. de p. sanguinario, ayuda de unos amigos narcotraficantes en el hecho... muy de novela negra, a ver si escribo un cuentecito sobre esto.

Muy interesante tu prosa, Dragón, no me gusta la sopa de tomate, hay que echarle huevos para comérsela, si va con huevo a algunos les gusta un huevo, je,je...

 

En realidad matar es relativamente fácil.
Lo complicado es despersonalizar, deshumanizar a la víctima.
Si se hace mal, puede terminar siendo un monstruo.

Saludos.

 

Tienes razón; es fácil, lo que no es fácil es que no te de asco matar con una guarrería como hacen lo yihadistas cortando cabezas, una pistola está bien, si la víctima se lo busca y además te quiere hacer daño a ti o a tus seres queridos la cosa se pone más fácil, no se tratar de deshumanizar pero en ese caso eres tú o él.

Un abrazo.

 

Has captado una parte del punto Maroc, pero el asunto es mucho más profundo.

Existe una parte de los sentimientos que llegan a colapsar la razón. Como el odio o el asco o la supervivencia.
Pero cuando ese sentimiento se repite o replica, se convierte en una razón diferente llegando a colapsar los sentimientos. Ese es el punto donde se genera el monstruo.

Cuando se despersonaliza o deshumaniza a la víctima se está anulando los sentimientos, ya sea a través de sentimientos o razones.
Pero el camino inverso también ocurre cuando se humaniza o personaliza objetos o animales.
Llegado al extremo se crea una bestia inhumana.

Así resulta en incongruencias como la de personas que por cuidar perros y gatos se oponen al sacrificio de animales vagabundos lo que justifican humanizando a los mismos. Pero apoyan el aborto negando al no nato su condición de pertenecer a la raza humana.

Mi escrito relata ese tipo de manipulaciones, demostrando como algo tan inocente como preparar una crema de tomate resulta un espectáculo criminal con solo redactar de modo tendencioso.
Por eso lo publiqué en este foro y no en terror o ficción.

Lo saludable es darse cuenta de ese tipo de manipulaciones para no seguir su intenciones.

Saludos Maroc.

 

No creo que se pueda deshumanizar (quitar la humanidad ) a la víctima por que es un ser humano, humana es viva o muerta.

Según mi experiencia cuando se intenta matar a alguien claro que hay sentimientos (aunque hay quien no tiene) de por medio pero es más importante la planificación o los medios que los sentimientos de odio o autodefensa, los sentimientos son un una parte pero sin medios adecuados y una buena planificación jamás conseguirás quitar la vida, hace falta razonar mucho para cometer un asesinato con éxito, si tu razón se nubla no vas a ninguna parte, sin reflexionar profundamente no alcanzarás el fin.

Son muy interesantes tus reflexiones y es un placer intercambia ideas contigo.

Lo que es seguro es que nunca dejamos de matarnos unos a otros.

Un abrazo Dragón.

 

Morir es un placer. (respuesta a "El placer de matar").

Me acuerdo, de cuando sufria, postrado en la cama.

Morir es un placer... y lo hago cada vez que pienso, cada vez que, de un espanto largo,
me da por ladrar.

Parece mentira, que fue mas tardio que sosegado, el amarte.

Pienso que te quejas de mi insolencia. Muero.

Para que te hagas a la idea de como, lugubre, empiezo mi camino...
te lo cuento.

A veces... es el tiempo que recorre tu espalda, y yo me fijo pasionalmente.

A veces... es el amor que te doy, con besos, y tu me bendices.

A veces... pienso. Otras, imagino el dolor de una vida. La mia...

Otras veces, estoy despierto, y, por mera atencion, el placer de morir es un amante.

Otras veces, el amante es perfecto, y pasional, y le dirijo mi palabra, sostenida en el cielo
para que me quieras.

Otras veces, si, otras veces... parece mentira, que te lo repita, te quiero. Y muero.

 

He leído el texto que me comentaste y me ha gustado mucho. Haces muy fácil algo que no lo es tanto: que el lector mantenga su atención y su curiosidad por qué es lo que va a pasar, además en un texto que trata de un tema de lo más cotidiano como es tomar un café, echarle azucar, removerlo... Está muy bien.