El precio no es caro

El precio no es caro


¿Cuántas madrugadas pasaste en vela? ¿Cuántos amaneceres contemplaste? ¿Cuántas veces te pesaron tanto los ojos, que un parpadeo era la delgada linea entre unos segundos despierto y unas horas durmiendo? La verdad desde niños nos dicen que debemos dormir temprano para poder recuperar nuestras energías, de esa manera poder despertar y lograr sobrevivir a un nuevo día... y claro repetir la rutina.

Pero de la misma manera que una moneda tiene dos caras distintas, el día y la noche son cosas distintas. La belleza de la noche no solo se encuentra en un manto de estrellas, aquella privacidad que otorga la noche o aquella melancolía que transmite la luna, mientras termina la noche y poco a poco se aclara el cielo, se pierden las estrellas pero aparece un matiz entre lo negro y azul... hermoso ver ese degradado, relajante es oír el sonido del viento resoplar crudamente por la ciudad, por las calles, por tu ventana, entre los árboles o a través de tus palmas si te encuentras fuera. Pero a pesar de ello, contemplar tal maravilla tiene un precio... que irónico, el mismo precio que contemplar el día, pues por ver la noche te perderás la función matutina.

Posiblemente lo ideal sería utilizar el ejemplo de una dieta balanceada, no solo comer un tipo de alimento sino que variar de tal manera que podamos obtener lo mejor de cada cosa en dosis moderadas. No te hace daño ver la noche y madrugada de vez en cuando y tampoco perderte el día cada tanto. Pero no solo se trata de decir "me la pase despierto toda la noche" o "no logré pegar un ojo durante la noche", lo ideal es darte un tiempo de contemplar tu alrededor, no solo estar despierto y no moverte de tu cuarto, no salir del bar o boliche, quedarte pegado a la pantalla con una serie, o tirado en el sofá leyendo un libro; pues aquellas cosas no van a variar, pero tu entorno, las calles que de día tienen vida pues por la noche son tímidas, los faros que pasan desapercibidos ahora guían tu camino, aquella tienda donde podías comprar algo por antojo esta sellada por cambio de horario, los carros que por falta de un semáforo esquivabas son meros espectros en la avenida. Pues, sí, es algo totalmente distinto que de vez en cuando deberías disfrutar aunque el precio no suena bueno pues lo que tienes que pagar para poder experimentar es una divisa cuyo nombre es "día".

 

Sinceramente me quede perpleja, me gusta como interpretas las noche más que autopistas vacías, más que insomnio, hasta parece tentador no pegar el ojo y morir de frío a las tres de la mañana. Pero me gusto la prosa. Gracias.