El primer Caballero

Lo amé hasta el punto de odiarlo.

Lo acepte hasta el punto de terminarlo.

Me aleje hasta el punto de olvidarlo... y ahora
regresa a mi como si su mundo fuera una realidad
deforme, putrefacta e imperfecta si no estoy en aquella.

Me dice que reine su paraíso, que sin mi en su Eden
es una masacre de plena soledad, abundancia
del silencio.

Regresó a mi como si de monógamos nos trataramos,
habiendo una esperanza vacía sin compación alguna
por continuar en un mismo lazo,

Solamente vive un compromiso hecho costumbre
producto del tiempo valioso pero desperdiciado.


Lo extrañé y no lo niego.

No será desperdicio porque aqui es en donde me quedo.
No es obligación, es amor. Regresó a mí al igual que
nuestros recuerdos, aun distanciados nos esperabamos...

Ahora nos queda gozar de nuestra realidad que tanto
soñamos y al fin alcanzamos..
Siendo resultado de nuestro odio y a la vez nostalgia a
la edad en la que nos enamoramos.

Amo este lugar tan tímido, delicado en su corazón y su vez
sólido y compacto.

 

Suerte con el personaje del poema