El primer silencio

Es parecido a soñar.

Es como un árbol cuando escupe la semilla.

Es verla brotar.

Es

respirar sin darte cuenta.

Es pasar la noche con dos monedas

y que te sobre una para mañana.

Es dormir en su cama, es

flotar en el agua con el sol

en la cara.

Es subir esa montaña sin pensar el porque.

Es buscar un donde y quedarte para siempre.

Es darle forma.

Es quemarlo todo y volver a construirlo

y volver a quemar solo para volver a construirlo.

Es tener ganas de quererlo.

Es odiarlo

y necesitarlo.

Es el pálpito, el maldito y el sagrado.

Es bendito

y a veces es bonito.

Es el obrero bebiendo en el mismo sitio

que mañana, es el paso del tiempo.

Es el drogadicto y el médico.

Es el rico también.

Es la ceniza de la hoguera,

el fuego que prende madera,

el verde de la pradera

y la basura que se acumula aquí fuera.

Es el alcohol, la botella y la secuela.

Las maneras de morir.

Es el arte sin cadenas y sin ganas.

Es el vértigo.

Es el cero en su código,

el rojo en el nuestro.

Es el primer silencio.

Es el final seguro.

 

Y es un pie. Y es el otro.
Y ya, podemos caminar, en silencio.
Senderistas que no hablan.
Excursiones sin debate.
Carreras de caballos, sin diálogo.
Evolución es disfrute.