El principesco

Añoran al tirano sus muñecos,
y Pedro el principesco las pensiones
sube, dando al país las soluciones
que a sus rivales deja boquisecos.

Los resentidos lloran en privado
cuando sus planes no materializan,
y mil patrañas burdas utilizan.
El bien social logrado ya es sagrado,

pese a que jode a mucho facha añejo.
Y aunque tatuada lleven la bandera
no plantarán amor con su frontera.

Contra igualdades pierden el pellejo,
siempre estarán feroces y dolidos
porque se consideran preferidos.