El pueblo que sabe calentar el alma

Añoro volver a ese lugar
en el que se respira aire de verdad,
donde el despertar no es una agonía
es el placer suculento de probar la vida.

Ver a parientes, es ver algunos nuevos
y otros ausentes.
Por breve que sea el tiempo,
gran énfasis cuentan historias,
olvidando los años distantes
y la marcha constante del tac.

Sentir ese característico frió
que abriga y que quema
al igual que su café,
dos eternos complementos
que no hay duda nunca olvidare.

Nostalgia se refleja en el cristal
cuando se aproxima la despedida
que me lleva de vuelta a mi hogar,
¡hasta el siguiente año, los veré de nuevo!
grito mientras muestro la misma sonrisa
que me hacen volver sin pensarlo.

No se imaginan ellos el gran tesoro que tengo,
esconden sus humildes manos producto del duro trabajo,
pero muestran orgullosos su cariño y sinceros deseos
al ingenuo viajero.

El sol no es el único que sabe brillar,
es el pueblo que sabe calentar el alma
del que sabe apreciar las entrañas de aquel lugar.

 

Donde están nuestras raíces, también está un pedazo de nuestro corazón...Estupendo trabajo!! Felicitaciones y abrazos

 

Muchas gracias Miguel por tus palabras siempre es un gusto leerte, saludos!