El pueblo

.

Entre semanas
llenas de chopos y ríos
la iglesia
tam tam
levantaba una torre de sonido
con longitud de otoño.

Tú temblabas
detrás de las espumas
de un gorrión.

Tu voz era de durazno
las ranas
graves de cobre
con carcajadas de cristal.

Los matorrales
au auu
desordenaban el aire
mientras los clavicémbalos
doraban tu pelo.

Curioso
una manada de resplandores
nos seguían por el dominio de las piedras.

Primero me besaste.
Luego nos besamos.
Porque beso es
la desinencia
del amor.

Y, sorpresa,
saliendo del beso
todo el valle
se hizo
mar
en el aliento.

Hoy verano.
El chopo.
La iglesia.
El río.
Tú lejos.
Apenas ningún gorrión.

Aquel mar
debajo de esta sombra
y al lado sólo yo.

...
..
.


Jesús Soriano

 

Muy bellas imágenes y una secuencia sensible que conmueve querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...

 

Hermosos recuerdos sostienen esas bellas letras, matizadas con una nostalgia que cautiva. Un placer leerle. Saludos.

 

Encadenadas la nostalgia y la belleza con que la expresas. Todo el paisaje añorado pareciera recrear las sensaciones que viviste en estos versos. Me ha gustado mucho. Saludos cordiales.

 

un poema intenso, metafórico y onomatopéyico.. interesante y hermoso

 

Muchas gracias por tu lectura y tan amable comentario, un abrazo para ti, Chus

 

Nuchas gracias, Darkness, por tu lectura y tan bello comentario, un abrazo para ti, Jesús

 

Muchas gracias por tu lectura y tan amable comentario. Saludos.

 

Muchas gracias, nomar, por tu lectura y tan grato comentario.
Un abrazo para ti, Jesús