El rey y el pirata.

Combates...
Porque debates.
Y el corazón late y se dilata.
Tu barba es de pelo, y no de plata, pirata.


No hay salida. Dime de qué presumes, y te diré de qué careces.


Dime con quién andas, y te diré quién eres.
Mas no desesperes.
Todavía queda un cigarrillo.
Pedimos auxilio, a la planta sagrada.


Nos estamos fundiendo en cada Momento, en una ensalada.


Somos sacos llenos de arena. Carne de membrillo que se está tostando.
Somos pocos. Cada vez, menos.
¡ Cielo santo ! Qué espantoso es el agobio in crescendo de la presión que hay en cada mundo.
Estés donde estés. Incluso si es de vacaciones, o por Navidad. Tienes un garfio.


Una pata de palo. Un parche en un ojo. ¿ Por qué ponernos en lo peor ?


Porque el Amor, como la Broma, forma parte de la Creación.
Y así, aumentan las posibilidades de carcajada.
Qué rabieta. ¡ Míralo, cuán malhumorado !
Je, je, je. El rey está que trina, como un canario enjaulado.

 

Y enfila la goleta a los mares de remedo y sinsabores, donde se viste el grillo de colores y toca en su violín una pirueta.
Desterrar la rabieta, esa que al alma muerde, pues detrás de lo anónimo e informe, el que se enoja pierde.
Divertida lectura, original y laberíntica.
Saludos cordiales

 

¡ Gracias ! Más o menos es eso, lo que intento expresar.