El Rey y la rosa

En un bello palacio se deshoja una rosa,
capricho de la brisa que agita los jardines,
y en homenaje a ella todas las flores donan
un pétalo a las sendas de los breves confines.

En la fugaz mañana que duró su existencia
se extenuó perfumando las cámaras del rey,
y en su ópera prima dio la nota más alta,
para que sus aromas llegasen hasta él.

El rey, con distinguida templanza soberana,
en un arcón gigante sus pétalos guardo.
Y con lluvia temprana derramó en los jardines
la esencia de la rosa que ayer se deshojó.

Señor, yo soy la rosa que en el arcón guardaste.
Tú, mi Dios poderoso, mi Rey, mi salvación.
Señor, ya sin perfume, no tengo qué más darte
pero he aquí tu gracia ¡me regaló otra flor!

De esta quiero hablarte, ¡oh Dios!, con mucho esmero
y con cuidado celo la guardé para ti.
Creció bajo tu amparo, escuchó tu Palabra,
sabe que eres su Padre, y ha vivido feliz…

Hoy es tiempo aceptable de ponerla en tus manos,
para que tú la guíes por Camino sin fin.
Hoy mi Dios te la entrego, porque te pertenece.
Ha llegado su hora de aromar tu jardín…

 

Versos muy bonitos, una poesía bellísima muy linda.

 

Lindo versar me ha gustado mucho leerte, espero hacerlo muy prnto.

 

Belbet, ante todo una cordial bienvenida.
Es un placer para mi, pasearme por tan hermosas letras.
No hay hoja, que se mueva sin el permiso y poder de Dios.
Todos nuestros pétalos, debemos de entregarlos al jardin del TODOPODEROSO.
Un abrazo