El rio de mi pueblo

EL RIO DE MI PUEBLO
​

Por en medio de mi pueblo
​

un pequeño río pasa,​

una presa lo detiene ​

y parece que descansa ​

pero sigue, corre y juega ​

con los juncos y las cañas, ​

las choperas y guijarros ​

y hasta el mar ya no se para. ​

Por debajo del puente corre, ​

por debajo del puente pasa ​

con la risa y la canción ​

siempre frescas de sus aguas. ​

Muchas horas se me han ido ​

del puente la baranda
​

contemplando el río al irse ​

y del puente las pilastras. ​

Y me quedo siempre en duda ​

pués no sé qué quiere mi alma: ​

ser un puente que se queda ​

o mejor un río que pasa. ​

Contemplando el río ​

desde mi ventana, ​

corre que te corre, ​

canta que te canta, ​

he sentido anhelos, ​

he sentido ganas ​

de ser como el río, ​

de ser como el agua. ​

Como el río, río ​

que hasta el mar no para. ​

Como el agua, el agua ​

que del monte baja. ​

Porqué el río, corre ​

que te corre, canta. ​

Porqué el agua besa ​

los gijarros que halla. ​

Y me quedo siempre en duda ​

pués no sé qué quiere mi alma: ​

ser un puente que se queda ​

o mejor un río que pasa. ​

Canta, rie, salta contento, ​

corre y luce transparente ​

entre las brisas del viento, ​

lejos aún del azul sonriente ​

Raudo pasa a veces, ​

otras indolente, ​

cruza valles y ciudades, ​

cuando lloran las estrellas ​

se vuelve un torrente. ​

En tu curso hacia el mar ​

llevas vida y también la das, ​

de ti beben golondrinas ​

sin hacerte de rogar. ​

Naciste de una fuente ​

de una fuente de cristal, ​

que se nutre de amores ​

que incrementan tu caudal. ​

En tus orillas descansaron ​

caminantes de la vida, ​

que tu curso siguieron ​

eligiéndote de guía. ​

¿Que será, río sufrido ​

lo que enciende tu desvarío? ​

¿Qué será que luciendo poderío ​

ruges furioso ​

y acelerando tu marcha ​

ya no eres tan hermoso? ​

¿Que prisa tienes ​

en llegar al azul lejano, ​

cálmate y sonríe, ​

escucha en tu andar, ​

de los pájaros sus trinos, ​

el chapoteo de los niños, ​

y entre saltos y remolinos ​

al mar llegarás ​

tranquilo y liberado. ​

Y aunque al mar llegue mi rio, ​

y su furor ya no abrasa, ​

me quedo siempre en duda ​

pués no sé qué quiere mi alma: ​

ser un puente que se queda ​

o mejor un río que pasa. ​

Josep​

 

" Nuestras vidas son los ríos..." decía Don Jorge Manrique.

Al leer el poema he ido subiendo el tono
hasta el punto de cantarlo.
¡ Qué vuele por el portal !
Saludos.Rosario

 

Gracias Rosario Martín por tu implicación a mi poema. Efectivamente los rios son las venas y arterias de nuestro cuerpo y
me alegra mucho que en este caso las tuyas hayan echado las campanas al vuelo.Espero que las estrellas bailen al son
de tu canción
Un Abrazo
Josep