El ritmo de los días

En el surco de la gota en el cristal,
puedo verte como sendero verde,
pasando en el atardecer,
a ser estornudo del viento.

El cristal no miente,
en ves de eso, elabora sinfonías,
que intermitentes dicen tu nombre;
te extraño.

Tal vez no sé esperar
al ritmo de los días,
porque tú ya has puesto fecha,
para embarcar tu aroma,
que te antecede.

Y tus cartas, en retórica fina,
prometieron sentarnos en el banco,
al borde del río,
que protegen los adoquines.

Se aleja el agua del cristal,
y el rectángulo fósil de árbol...
... se desliza bajo la puerta;
¿será coincidencia?;
las gotas adelantaron tu fecha.

 

Precioso poema.Bellisimas rimas y metáforas. Saludos