1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

El Salvaje

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Edouard, 12 de Julio de 2017. Respuestas: 1 | Visitas: 291

  1. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    15 de Marzo de 2016
    Mensajes:
    1.047
    Me gusta recibidos:
    466
    Género:
    Hombre
    Atizando una vieja morena las ascuas de una lumbre marchita, cuenta con sus dedos rugosos el tiempo en que tardará en venir el plenilunio. Y mientras, su marido, borracho perdido, le va dando golpes púgiles en su cráneo de doncella de la muerte. Ella siente en sus mientes la turbación de demonios parlantes. Que van quemando su ya en debacle vida mugrienta. Pero he aquí que entra por la puerta central de la casa maldita el hijo bastardo; que ella concibió de un fallecido novio de melancólicas mocedades. Y lo primero que hace es abofetear con una mano sudorosa la mejilla ardiente del mal tratador. Éste deja su ruin pasatiempo. Y se encara con el mozo de bendita corpulencia. Ambos empiezan a pelearse como dos gallos que defienden su territorio. Mientras la anciana observa complaciente el combate horroroso. Por haber sido agredida por su iracundo compañero de lecho de sábanas húmedas y carcomidas patas. Al final, el pendenciero hombre saca una navaja. Y la hunde en un ojo del chico. Ardiendo en una voz clamar de dolor. Es entonces, cuando éste sale de la casa. Mientras el frenético varón sigue maliciosamente con los puñetazos en el cráneo de la vieja.
     
    #1
    A homo-adictus le gusta esto.
  2. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    15 de Marzo de 2016
    Mensajes:
    1.047
    Me gusta recibidos:
    466
    Género:
    Hombre
    homo-adictus, nuestro hombre, de soberbia iracundia salvaje, se divertía dando golpes prominentes en el cráneo de una inocente anciana. Lo que provocaba sobre la mujer una tara mental y espiritual que podríamos llamar esquizofrenia demente. No ausente de cierta monomanía demoníaca. Pero llegó el hijo de aquella. Sí, el mozo parido y cuidado sin padre. Pues, éste había muerto y dejado una huella imborrable en la memoria de la octogenaria. Se enfrentó a su padrastro en una lucha sin cuartel. De la que quedó lisiado en la visión de un globo ocular. Escapando tras una fragante derrota. Ante la cual, el machista mal tratador siguió con su faena cruel de seguir dando sopapos, en forma de puños, sobre la ñoña cabeza de su víctima indefensa. Atentamente Edouard.
     
    #2

Comparte esta página