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El sapito, la rata... y, a su tía.

Tema en 'Poemas Generales' comenzado por Fulgencio Cibertraker, 27 de Marzo de 2023. Respuestas: 3 | Visitas: 301

  1. Fulgencio Cibertraker

    Fulgencio Cibertraker Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Hombre
    El sapo necesitaba comer
    pero no le alcanzaba la plata
    que mala suerte que lata
    ni para mosquitos lamer.

    Estaba tan absorto en su angustia
    cuando oyó el zumbido de una mosca
    y al voltear la cabeza se cosca
    verla apenas entrar por la rejilla.

    Sin pensarlo dos veces, fue a por ella
    pero se encontraba tan distraído
    siguiendo el sonido de la mosca
    que no notó a una rata asquerosa .

    Enorme, por la retaguardia sigilosa .

    Por cosas del destino o por esquivarla
    un pedazo de mierda flotante le seguía
    por aquel oscuro laberinto sin sequia
    y el sapito torció el cuello sin aplastarla.

    Ante la proximidad del roedor
    se adentró en la alcantarilla
    con sus ancas a salticos sin pudor
    mientras la rata lo perseguía,
    por aquella oscura tubería
    que era un verdadero hedor.

    Como el sapo estaba perdiendo a gritos
    todas sus escasas fuerzas y sudores
    perseguido sin cuartel por roedores
    cuando se zambullo en un pozo frio.

    El instinto a duras penas le decía
    que las ratas bucear no sabían
    pero a sabiendas se presumía
    que lo mismo no lo sabia la rata.

    Salió del agua y pegó sus facciones
    a una de las frías paredes del pozo
    con yoga y protozoos sus respiraciones
    logró controlar sus palpitaciones.

    Se había calmado completamente
    cuando un animal fiero e inmenso
    con la cara cortada y la boca peluda
    con sus enormes fauces le saluda,
    metió su cabeza en el pozo despacio
    y comenzó a soplar un gas que olía
    a tufo podrido de maloliente batracio.

    El sapo saltó hacia la boca del animal
    para detener un resoplido asqueroso
    pero entonces oyó un gruñido de oso
    que le destrozó sus pequeños tímpanos.

    Sin esperar a más que lata
    saltó de nuevo al agua fría
    y nadó al otro lado reacia
    porque prefería a la rata
    que a la rata de su tía.
     
    #1
    Última modificación: 7 de Abril de 2023
    A Antonio Cuello le gusta esto.
  2. Antonio Cuello

    Antonio Cuello Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Vea, pues... me ha gustado esta divertida historia
    Gracias por compartir, don Fulgencio
    Saludos y un abrazo, poeta
     
    #2
  3. Fulgencio Cibertraker

    Fulgencio Cibertraker Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Decirte Antonio que la historia no es mía, es de un texto en prosa que dejo un colega de Miami en su muro de Facebook y se lo mande convertido en poesía y al leerlo en esta estructura se partía la caja.
    Gracias por pasarte por mis letras. Recibe un saludo.
     
    #3
  4. Fulgencio Cibertraker

    Fulgencio Cibertraker Poeta que considera el portal su segunda casa

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    George Martin

    Cosas de animales
    "El sapo necesitaba comer, pero no le alcanzaba la plata ni para una cantina de mala muerte. Estaba absorto en su angustia, cuando oyó el zumbido de una mosca callejera. Al voltear la cabeza, la vio entrando por la rejilla del alcantarillado y, sin pensarlo dos veces, fue a por ella.
    Se encontraba tan ocupado siguiendo el sonido de la mosca, que no notó a una rata enorme que se le acercaba sigilosa por la retaguardia. Por cosas del destino o por esquivar un pedazo de mierda que venía por el tubo flotando, el sapo torció el cuello para percatarse de la proximidad del roedor y se adentró en la alcantarilla con salticos rápidos y cortos, mientras la rata lo perseguía a todo correr.
    Aquella tubería era un verdadero laberinto. Ya el sapo estaba perdiendo todas sus fuerzas, cuando encontró un pozo y se zambulló. El instinto le decía que las ratas no sabían bucear. El pozo se comunicaba por debajo con otro pozo más ancho y bien iluminado. Salió del agua, se pegó a una de las paredes del pozo y, con respiración de yoga, logró controlar sus palpitaciones.
    Ya se había calmado completamente, cuando un animal inmenso con la cara cortada y la boca peluda, metió su cabeza en el pozo y comenzó a soplar un gas que olía a aguacate podrido. El sapo saltó hacia la boca del animal para detener el soplido asqueroso, pero entonces oyó un chillido de espanto que le destrozó los pequeños tímpanos.
    Sin esperar más, saltó de nuevo al agua y nadó hacia el otro lado. Prefería la rata..."

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    3Tú y 12 personas más

    Madre mía que aceptación ha tenido para ser solo un ejercicio mental. ¿A ver si voy a violar alguna regla de plagio de este portal?
     
    #4
    Última modificación: 31 de Marzo de 2023

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