El sueño del ebrio.

Me emborracho de nardo
e incienso, de canciones
estúpidas con
melodías pegajosas.

Mis pulmones ya están llenos
de es humo milenario,
especias, opio y pieles
de mongoles calcinados.

Me imagino en la ciudad más industrial,
volviéndome loco junto a los monstruos
de acero, temblando como un huérfano,
riendo como un loco.

Escucho las campanas,
ese sonido sucio, salido
de las entrañas de Satán,
ahogando mis ojos en De Nerval.

 

Las oscuras horas en que nuestra alma duerme, donde el misterio se rie de nosotros diciendonos que no somos mas que titeres. esa vida a mi criterio no es buena, es Mejor la Luz esa luz que alumbra los reconditos perfiles de nuestra alma.