El sueño

Hoy, ha enverdecido la era; como un milagro. Sin saber bien cómo ni cuándo, se ha poblado de hierba, sensual, húmeda y tierna, toda la era. Desde mi ventana es un gozo verla. Se matiza el paisaje en verdes, saltando las cercas de la era, desparramándose por las tierras. Será brillante y vivo en las cebadas; mate y fuerte en los trigos. Alternancia de verdes que llega al borde ocre del monte, o hasta el azul que luce, espléndido, hoy el cielo. Desperdigadas, las casas, las casetas, los palomares y los cerraderos ponen una nota de color terroso en el verde que viste hoy la tierra. La carretera, como una cinta gris, se abraza al paisaje.


Por el camino del molino, bajo dando un paseo, hasta la orilla del río. Corre un reguero, paralelo a la calzada, que lleva el agua clara y fría de un artesiano abierto allí mismo. El lecho del reguero se ha poblado de berros, que se mecen con abandono en el suave pasar del agua.


Más bronca, revuelta y turbia, baja el agua del río. Va golpeando contra los cantos del fondo, produciendo un rumor musical que resulta grato.


Bajo un sauce, arropado por sus ramas que se derraman sobre mí, me siento, apoyando la espalda en su tronco. Me invade un bienestar, un relajo y se abre el mundo a mi mirar, diferente y nuevo.


Pasa ella corriendo, graciosa y suelta, con su rubio pelo recogido en una cola que flota al viento, a impulsos de su carrera. Los ojos verdes, grandes, avivan su blanca cara. Me levanto y la sigo, corro, grito, sin lograr alcanzarla. Al borde mismo del río se arroja al agua y surge entre las ondas, majestuosa, convertida en cisne de plata. Absorto contemplándola, se transforma el cisne en reflejo de la luna, que riela en el agua.


Está la luna en el cielo, me mira, pícara, con su ancha cara; ha vuelto a burlarse de mí la Diosa Blanca.


Como de un ensueño, despierto destemplado y frío. Oscurece la tarde, no tenía idea de haberme entretenido tanto. Voy a levantarme y me doy cuenta de que no estoy bajo un sauce, sino enredado en un espino blanco.

 

¡¡¡Qué belleza¡¡¡ Ojalá que siempre quede algo así en todas partes para disfrutarlo, y no vivir y usar como si tuviéramos otro planeta a donde ir. Me encantó Amigo Ruiz Peradejordi. Saludos.

 

Gracias por la visita y por esas amables palabras. Mis saludos.

 

Los sueños son esos sitios cálidos, que nos permiten conectar con esa sensación de belleza que nos brindan las cosas que en ellos se hacen posibles. Yo tengo un amplio mundo onírico, no me explayo ahora porque me llevaría un larguísimo tiempo, pero te digo, Luis, que tu bella prosa descriptiva captura la esencia de esas imágenes que de tan hermosas, hacen que despertar, nos deje en los labios un atisbo de sabor de pena, porque quisiéramos continuar dentro de la fantasía.
La ilusión de los sueños tiene muchos nombres y rostros, diferentes para cada alma.
Me gustó mucho leerte, como siempre es un placer visitar tus espacios.
Te envío un abrazo de lunes, con cariño y admiración.

 

Gracias por acercarte a este relato. Tiempo de pereza en mi paisaje y de sueños en que el inconsciente juega con nosotros. el paisaje tiene mucho de real y el paseo onírico es de soñar despierto. Al final uno se enreda en el espino blanco, el espino albar que surgirá de la tumba del Conde Olinos para irse a unir con el rosal blanco que surgirá de la tumba de la princesa. Romance éste muy conocido y cantado en España, no sé si ahí lo cantarán también. Así son mis sueños, de caballeros y princesas, de amor cortés, de eso que no se lleva ahora, pero que yo tengo metido en el corazón. Un beso. Feliz lunes.

 

Muchas gracias por tan bello comentario. Es mi mundo, un mundo de otros tiempos, pero palpable y exacto, que yo he vivido y que encuentro en mis recuerdos. Y un toque de sueño y fantasía, que no hacen mal al relato. Me alegra si mis breves pinceladas te han dejado buen sabor de boca. Un abrazo.

 

Luis, qué placer fue leer esa prosa!
Todo empieza por un magnífico paisaje verde que se parece a mis colinas y de repente es como si hubiera una fractura sensorial del tiempo del espacio y nos encontramos en la fantasía pura : el pasaje, con ese cisne de plata...Bella sorpresa ! sabes captar la atención y llevar tus lectores hasta tu universo ónirico. ¡Me has encantado! Gracias por ese muy grato momento de lectura.
Mi admiración y mi amistad sincera. Amarilys

 

Gracias por tu bella lectura Amarilys. Como ya he comentado el paisaje es real y lo demás fantasía. El mundo onírico se encuentra al alcance de la mano. A veces nos basta con cerrar los ojos. Agradezco tu presencia. Besos y mi amistad.

 

Cautiva la descripción en cada estrofa, y resulta que no me imaginaba un sueño porque se me hacía palpable para los ojos y para el sentir. Una prosa cargada hasta las cartolas de pura sensibilidad.
Un verdadero placer la lectura Luis.

Abrazos,

Palmira

 

El sueño es la vía para entrar y salir con antojo a cualquier parte y a través del tuyo me traslado al maravilloso escenario que describe con mucho arte los rincones que se alzan con encanto. Un gusto pasar y disfrutarlo. Un saludo y gran abrazo.

 

Gracias por tan gentil comentario. Así es, el sueño nos franquea la puerta a otros mundos, a otras esferas donde nos desempeñamos de otra manera. Un fuerte abrazo Nancy.