El suicidio colectivo

En el suicidio colectivo
que se pacta con las entrañas
deja un par de cartas extrañas
tras su resultado efectivo.

Es para el ególatra altivo
que teme a palomas y arañas,
con pavor a trampas y mañas
se sustrae de ser activo.

El suicidio por cobardía,
al honor es un tanto ajeno
pues no deja claro mensaje,

acaso es rabieta tardía
y temor a un combate pleno
que pague su propio pasaje.

Si por honor se corta el día
deja un ejemplo siempre lleno
que prepara nuestro equipaje.

 

Hay circunstancias en la vida que hacen a uno plantearse ese final. Tal vez por esperar de uno lo que cree que es. Pero el suicidio, según mi punto de vista, en pocos casos es una cobardia, mas bien va por el otro extremo. De todas maneras es casi siempre un tremendo error.
Interesante lección de moral nos das en tu bien estructurado poema. Estrellas para él.
Un virtual saludo.
Castro.

 

Es de doble dirección...Cobardía o Valentía? pero lo que es, es una estupidez pues lejos de arreglar el problema que a él te dirija, lo agrandas y haces que sea tu dueño...
Un abrazo con estrellas

 

Como salida a los problemas es cobardía... como ofrenda en pro de la vida de los demás es la otra cara de la moneda.

Gracias Castro por leerlo y comentarlo.

Saludos.

 

Todo depende del cristal desde donde se mira Rosario.

Tenemos el ejemplo del Capitán Lawrence Oates, miembro de la expedición británica a la Antártida en 1912.
Al ver que convertía en una carga para sus compañeros, él se retiró de la tienda exponiéndose a la nieve y dándoles una oportunidad a los demás.
Ese tipo de suicidio entraña un honor gigantezco.

Un abrazote.